jueves, 17 de abril de 2008

"LA PARADA DE LOS MONSTRUOS" (1932) De Tod Browning


“Ofende a uno y los ofenderás a todos.”

Pocas veces se tiene la oportunidad de hablar de “perfección” en referencia a una película, pero cualquiera que haya disfrutado de la inolvidable “Freaks” que hoy nos ocupa, podría hacerlo sin reservas.

Como respuesta al éxito de los films de terror de la Universal, la productora Metro Goldwyn Meyer, a través del productor Irving Thalberg (el cual de hecho había trabajado para la universal) se dispuso a intentarlo con el género que tantos dividendos les estaba reportando a dicho estudio. A traves de Tod Browning, verdadero arquitécto del género de terror tal y como lo conocemos hoy, el proyecto salió adelante con relativa velocidad. En 1931, Browning y su actor fetiche Lon Chaney deseaban trabajar de nuevo con el pequeño Harry Earles, el enano con el que rodaron “The Unholy Three”, película que les había reportado gran éxito. El propio Earles sugirió el relato “Spurs” del mismo autor que aquella.

El ambiente circense y de feria ambulante del relato enamoraron a Browning y Chaney (que habían ya rodado varias películas ambientadas en tal escenario, y el propio Browning había formado parte de un circo) y si no hubiera sido por la prematura muerte de Chaney a consecuencia de cáncer de pulmón, el mítico actor hubiera formado parte del proyecto. Decidieron seguir adelante y se terminó el guión. Cuentan que Irving thalberg se echó las manos a la cabeza al leerlo y dijo “Bueno, pedí algo horrible y supongo ke ya lo tengo”. De hecho, se pensó en la estrella Mirna Loy para el papel de la malvada trapecista Cleopatra, pero Loy se asustó al leer el guión y tuvo ke suplicar a Thalberg para ke no la obligara a hacerlo, siendo sustituida por Olga Baclanova. Al final se decidió que no hubiera grandes estrellas en el film, beneficiando su descarnado realismo.

De nuevo el lirismo y lo grotesco van de la mano en esta obra de arte. La ternura y el lirismo con el que Browning retrataba a los monstruos de feria (todos ellos reales y no actores) se hicieron más patentes que nunca. Hermanas siameses, hombres sin brazos ni piernas, esqueletos humanos, enanos, etc. Todos aparecen en su contexto vital de forma perfectamente natural, formando una sociedad unida y que devolverá con creces el dolor que los “seres humanos” les provoquen. Aquí la verdadera deformidad es la del alma,las maquinaciones de la trapecista Cleopatra y el forzudo Hercules, los cuales lamentarán haber hecho daño a uno de sus miembros.

Dicen que una mujer salió corriendo aterrorizada del cine en el estreno en Chicago, que otra tuvo un aborto durante la proyección y demandó a la productora. ¿Realidades o trucos publicitarios? El caso es que la moralidad y la censura comenzaban a imponerse en Hollywood durante esta época y el escándalo fue mayúsculo. El estudio decidió que aquello era demasiado y retiró la película de los cines tras su estreno en Nueva Cork (verano 1932). Durante tres décadas permaneció prohibida en muchas partes del mundo. En los años 60, los nuevos movimientos transgresivos y de contracultura reivindicaron esta maravilla devolviéndola a donde merecía, logrando un gran éxito en el festival de Venecia de 1962. Por desgracia Browning murió ese mismo año.

Volveremos a esta joya indiscutible del séptimo arte más adelante. Por ejemplo contando anécdotas de la vida de todos los freaks que intervinieron en el film.

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