jueves, 31 de julio de 2008

LAS 10 PELÍCULAS MÁS RARAS

Nuestros amigos de "El Blog de Ocio" me han nominado para que ponga mi lista de las 10 películas más raras que haya visto. Seguramente se me olvidan algunas más raras que estas -y algunas de las que están posiblemente no sean tan raras como yo pienso-, pero lo importante es participar. He procurado ceñirme a la temática de mi sitio (cine fantástico clásico), pero no siempre es asi. El concepto de "rareza" a veces se refiere al film en si mismo y otras veces a su dificultad para ser encontrado. Ahi van las pelis, del 10 al 1:

10-"YO FUI UN CAVERNÍCOLA ADOLESCENTE"

Un delirio de Roger Corman con todo el sabor de la serie B años 40 y un Robert Waughn con ropa peluda enfrentándose a todo tipo de bichos prehistóricos de cartón. Con un final estilo "Planeta De Los Simios" y una dirección entretenida a más no poder.

9-"RAZORBACK"

Una gozada del más puro terror con bicho ochentero. Las malas pulgas del Jábali y la violencia de la cinta son cosas que se quedan en la retina. Probablemente reivindicada como un clásico de culto, aunque yo no suelo oir hablar mucho de ella.

8-"THE UNINVITED"

Una de las más antiguas muestras de "casa encantada", ese sub-género que tanto disfrutamos por este blog. El toque de suspense y la presencia de Ray Milland son garantía de pasar un rato estupendo.

7-"LA LLAMADA DEL DIABLO"

Primera película como director del mítico Robert Englund y una aventura con toques terroríficos de la cual guardo un buen recuerdo -aquella boca del infierno que se abría en la misma habitación de un adolescente-. Me retrotae a la época "Noche de Lobos" , programa con el que eche los dientes en esto del terror 80´s.

6-"THE VIJ"

Todo fanático de "La Máscara del Demonio" acaba investigando la otra adaptación existente del cuento de Gogol que Bava rodó tan magníficamente. Este "The Vij" desluce bastante en comparación, pero aun así es una rareza meritoria.

5-"DELLAMORTE DELLAMORE"

Actualmente muy conocida a nivel de culto, pero que cuando yo la vi -hace unos añazos en el "festival de cine fantástico de Málaga"-, me sorprendió por bizarra, divertida y a la vez profunda. Y es que Tiziano Slavi es un genio.

4-"WILD SIDE"

La única peli "no fantástica" de la lista. Un telefilm malísimo que, eso sí, tiene muchos puntos de interés, como ver a Christopher Walken completamente desatado haciendo de mafioso. Mención aparte merecen las escenas lésbicas entre Joan Chen y Anne Heche, que parecía ensayar para su futura boda con Ellen De Generes. En fin, tan mala que es buena.

3-"EL MISTERIOSO SEÑOR WONG"

Todos los fetichistas de Bela Lugosi conocerán esta bastardada de serie B con malo oriental a lo Fu-Manchú. Pero si no fuera por la presencia del astro del terror nadie recordaría este bodrio, cuyos toques de comedia involuntaria lo hacen imprescindible.

2-"LA CAIDA DE LA CASA USHER"

No me refiero a la de Corman, ni siquiera a la versión muda de Jean Epstein, sino a un cortometraje americano -también mudo- que adaptó el relato de Poe con toques de psicoanálisis y decorados vanguardistas. Desconcertante e interesantísimo a la vez.

1-"OF FREAKS AND MEN"

La joya de la corona. Una película magnífica (e hiper-desconocida) de la cinematografía Rusa y que también descubri en un festival. Época victoriana, un argumento centrado en la fotografía erótica sado, una preciosa fotografía en sepia y un alto grado de rareza y lirismo. Genial.

Pues hasta aqui hemos llegado. Y como tengo que nominar a otros tres blogs ahi va la lista, a ver si se animan:

-EL DIARIO DE DARKERR
-CINEMASCOPE
-ATOMIC SUPERMEN

sábado, 26 de julio de 2008

OJOS SIN ROSTRO (1959) De Georges Franju


Vamos con una rareza fascinante de la cinematografía francesa. Un cuento macabro lleno de onirismo mezclado con algunos momentos realmente escabrosos que le otorgan un estilo realmente atípico para la cinematografía gala de la época, tan poco dada a la explotación de géneros –algo que se le daba de maravilla a los italianos-, y que sin embargo con este “Les Yeux Sans Visage” lograron una maravillosa traslación de los postulados del fantastique americano a un entorno totalmente europeo. De hecho hay quien ha querido hacer alguna bizarra conexión entre este film y la segunda guerra mundial, pretendiendo que la trama del mismo era una especie de metáfora sobre las atrocidades nazis durante la contienda (supongo que refiriéndose ante todo a los experimentos de Mengele y similares), pero no deja de ser una reducción algo absurda del poder de sugerencia de la historia.

Sin ser una película redonda, lo cierto es que es casi imposible sustraerse a las imágenes que nos regala el director Georges Franju, que dejó sus habituales documentales para regalarnos joyas como la que nos ocupa. Y su particular estilo realista pero poético sirve en este caso para recrear una historia muy tópica dentro del imaginario terrorífico americano: la historia del “mad doctor” que asesina jovencitas para mantener la salud de un familiar postrado por alguna enfermedad o anomalía, tema clásico en numerosos films de la edad de oro cinematográfica –como ejemplo se me viene ahora mismo a la cabeza “The Corpse Vanishes”, aquella entrañable serie B del señor Lugosi-; Y que también inspiró el argumento de “Gritos en la Noche”, la película menos mala del inefable Jess Franco. En este caso se trata de un prestigioso cirujano que investiga con el transplante de tejido vivo de un cuerpo a otro, con lo cual quiere hacer historia de la medicina a la vez que intenta devolverle el rostro a su hermosa hija, cuya faz se encuentra desfigurada debido a un trágico accidente de coche. Resulta ejemplar como el personaje de la chica, de nombre Christiane, va pasando de la tristeza resignada del principio a la rebelión final cuando toma conciencia de las atrocidades que su padre esta cometiendo con la vana esperanza de devolverle su cara. La indescriptible presencia de la muchacha –magníficamente interpretada por Edith Scob- logra subir muchos enteros el devenir algo moroso de la cinta, que a veces da la molesta impresión de estar artificialmente alargado para conseguir una duración fílmica standard, por ejemplo en esas interminables subidas y bajadas de escaleras de algunos de los personajes, que parecen algo inútiles a la hora de hacer avanzar la trama. Ese sería para mi uno de los pequeños fallos de este clásico, junto a las interpretaciones del resto de los actores, que a veces da la impresión de que no acaban de encajar en sus papeles o que los afrontan con una desidia algo irritante.

Sin embargo y si lo miramos desde otro punto de vista, lo cierto es que la frialdad de los intérpretes no deja de ser una sensación proyectada por el propio tono de la cinta, que muy apropiadamente es de todo menos visceral. La atmósfera no es de cine de terror, sino que resulta totalmente gélida y clínica, además de cortante. Como si hubiera sido delineada con un bisturí. Metáforas que le vienen como anillo al dedo a la historia que nos cuenta, por supuesto, ya que ese toque frío de la medicina en contraposición a los sentimientos humanos es uno de los pilares de la trama –con ese doctor que no sabemos si pone por encima la experimentación científica antes que la salud de su propia hija-, y que goza de un devenir alucinado, casi de cuento de hadas macabro. En cuanto a los hallazgos positivos de la historia, ya dije que son abundantes: El sótano de la lóbrega mansión, al que la desdichada chica va a visitar a los perros que el doctor mantiene encerrados como conejillos de indias (los únicos seres con los que encuentra paz) o sobre todo las operaciones de su implacable padre, sintetizadas en una inolvidable escena en la que realiza un transplante de rostro y que es sencillamente espeluznante. Toda una rareza en el cine, menos aventurado gráficamente, de la época que nos ocupa y un antecedente del “gore” que aun tardaría unos cuantos años en nacer. Y por supuesto las ya mencionadas apariciones de Christiane, que con su delgadez extrema y su mirada alucinada, fascinan y provocan rechazo a la vez. Inolvidable también es el momento en el que se quita la máscara y acaricia con sus manos el rostro de la futura y dormida víctima de su padre, dejándonos entrever su desfigurada faz entre las tinieblas.

Escenas que le dan a la película el tono fantástico que en un principio no debería poseer –tratándose más bien de una historia propia de un drama o del suspense-, pero que con la presencia de la misteriosa chica y esos toques violentos mencionados, consigue insertarse totalmente dentro del terror clásico de más calidad.
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Con gran alegría recibo la noticia de que Cinemascope, uno de mis blogs de referencia me ha otorgado uno de los premios al esfuerzo personal, incluyendo este humilde sitio en una lista de agraciados junto a otros seis blogs magníficos. Desde aqui las más encendidas gracias y parabienes, además de recomendar a cualquiera que no conozca su estupenda página -si es que queda alguien en la blogosfera- a que la visite inmediatamente si no quiere perderse un blog imprescindible en esto de la reseña del séptimo arte.

lunes, 21 de julio de 2008

REPORTAJE Y GALERÍA: "EL CUERVO" De Roger Corman (y 3)


Hoy comenzamos con una imagen que incluye al mismísimo Jack Nicholson como el hijo de Adolphus (a quien da vida, recordemos, Peter Lorre). La relación entre Adolphus y su retoño es bastante más tormentosa que la de Erasmus (Price) con su bella hija. A pesar de los intentos del chaval por agradar a su padre ambos no paran de enzarzarse en peleas debido a la tozudez del pésimo mago, que parece pagar en su hijo todas las humillaciones a que es sometido por el pérfido Scarabus.

Jack Nicholson se bajó del escenario en una de sus primerizas actuaciones teatrales y se encontró a un hombre que le dijo que deseaba proponerle hacer cine con él. Se trataba de Roger Corman, que impresionado por el talento en ciernes de Nicholson quiso asegurarse de tenerle en sus proyectos cinematográficos. Así descubrió Corman a uno de los actores más respetados y míticos de todos los tiempos. Y la carrera de Jack estuvo fuertemente ligada a Corman y la serie B en sus comienzos ya que intervino en varias producciones y films del director como “La Pequeña Tienda de los Horrores”, “El Terror” (También con Boris Karloff) y el que nos ocupa, además de escribir numerosos guiones para la factoría Corman. Como lo oís, ¡Jack Nicholson escritor de cine de serie B!

Para acabar el repaso de estrellas, era inevitable referirmos al maestro de ceremonias. Arriba vemos a Roger Corman dando instrucciones a Peter Lorre en la divertida escena en que el sirviente de Erasmus, poseído por el malvado Scarabus ataca a su propio amo y a su hija, con el pobre Adolphus en medio de todo haciendo lo que puede. Hachas, persecuciones por todo el salón, los hechizos del medio-inconsciente Vincent, Lorre aleteando mientras escapa del mastodonte desquiciado… en fin, una muestra de comédia terrorífica al más puro slapstick. El cual incluso sería más evidente en la posterior “La Comedia de los Terrores” de Tourneaur. Al fondo tenemos a Vincent, pendiente de todo.

Presupuestos ajustadísimos, manía de rodar películas en 3 días o menos, rey de la serie B y de los decorados reutilizados… y además, cuando quería, un director excelente. Roger Corman (nacido en 1926 y aún vivo y coleando) empezó como crítico cinematográfico y a partir de ahí comenzó a subir escalones, desde mensajero de la Fox hasta director de cine, pasando por guionista, productor, etc…

Rodó numerosas películas de bajo presupuesto de casi cualquier género (ciencia ficción, invasiones monstruosas, gansters, prehistóricas…) hasta encontrar la gloria definitiva y su lugar en el monumento de los autores míticos del fantástico gracias a su ciclo de películas sobre Poe, compuesto por “El hundimiento de la casa Usher”(1960),“El péndulo de la muerte” (1961),“Historias de terror”(1962),“El entierro prematuro”(1962),“El cuervo” (1963),“La máscara de la muerte roja” (1964) y “La tumba de Ligeia”(1965). Añadió sin mucho sentido a este ciclo el film “El palacio encantado”(1963), que a pesar de tener el título de un poema de Poe esta basado en “El Caso de Charles Dexter Ward” de Lovecraft. No os perdáis tampoco “El Hombre con Rayos X en los Ojos”, con un final de los que hacen época. Y ya fuera del fantástico, una excelente reconstrucción de la mítica "Matanza del Día de San Valentin".

Escribió un divertido libro biográfico titulado “Como hice cien películas en Hollywood y nunca perdí un céntimo” que cuenta muchas jugosas anécdotas de rodaje que merecen realmente la pena.

Pues llegamos al final del reportaje sobre “El Cuervo” y lo hacemos con una genial instantánea promocional con Vincent y Boris demostrando gráficamente lo bien que se lo pasaron en el rodaje de esta genial película.

Imagen que me recuerda el desternillante duelo final entre los dos magos. Pura psicodélia sesentera (con un pie en los 70 ya y todo) rodada con el envidiable manejo del color por parte del bueno de Corman. Es decir, fotografía chillona, fondos de colorines desbocados y rayos rojos surgiendo de los dedos de los dos hechiceros con gran desparpajo y sentido de la parodia bien entendida. ¿Podemos ver algo parecido en las películas actuales, sean parodias o no? Ambos van conjurando poco a poco armas contra el otro y todo acaba, evidentemente, como el rosario de la aurora con una escapada del castillo (que empieza a derrumbarse) a todo correr y la llegada a casa con Adolphus convertido de nuevo en cuervo.

A destacar también el momento final entre Scarabus y la pérfida Lenora. ¡Pura cotidianía conyugal entre seres despreciables! En definitiva momentos de gran chispa para una de los films bufos más entretenidos y memorables de la factoría Corman.

miércoles, 16 de julio de 2008

REPORTAJE Y GALERÍA: "EL CUERVO" De Roger Corman (2)


Para aligerar el contenido de las entradas, el especial de "El Cuervo" va a constar de tres entregas. Así que, sin más dilación, vamos con la segunda.

Comenzamos con el temible Scarabus, nada menos que el grandísimo Boris Karloff, líder de la orden de magos. Sus insidiosas maquinaciones dieron al traste con el derecho del padre de Erasmus (Price) a recibir el cargo de líder, haciéndose cargo él de tan honrosa tarea para un hechicero. Erasmus, tan vago él, no desea recuperar el trono de jefe de magos que le corresponde a su familia porque prefiere practicar su hechicería en casa, lejos del mundanal ruido. No obstante, la sospecha de que Scarabus pueda mantener prisionera el alma de su esposa en su castillo le hace unirse a Adolphus en la persecución del siniestro mago en su propia guarida.

Karloff le otorga a su personaje esa aura de lobo con piel de cordero que tan genialmente trabajó en sus escasos trabajos para Corman. Su recibimiento al grupo de antihéroes que vienen a combatirlo es contradictorio, resultando muy cordial e intentando convencerles de que se han equivocado con él y que solo les desea lo mejor. A destacar también su divertida relación con Lenora, la esposa de Erasmus que… ¡sorpresa! No estaba muerta.

Parece ser que durante el rodaje, el clasicismo interpretativo de Karloff -actor respetuoso con el guión- chocó con el torrente de improvisación que era Peter Lorre, quedándose Vincent justo en el medio de ambos contendientes. No faltaron los conflictos.

Sería absurdo pretender condensar en estas pocas líneas la grandeza de la primera e indiscutible estrella del terror fílmico sonoro. Su papel de la criatura de Frankenstein le otorgó gloria y reconocimiento a este magnífico actor que había moldeado sus aptitudes en el teatro y en cientos de papeles muy secundarios en el cine mudo (a veces no acreditados). De nombre real William Henry Pratt y nacido en Londres, Boris Karloff (1887-1969) eligió ese extraño nombre artístico en homenaje a uno de los vientos que soplan en Canadá, a donde se trasladó con su familia en 1909. Llegado a Hollywood en 1915, interpretó a una enorme cantidad de indios y árabes en su etapa menos conocida (debido a su particular físico) hasta que su amigo James Whale le ofreció el papel del inolvidable monstruo del Dr. Frankenstein, para cuya preparación requería una sesión de maquillaje de seis horas.

El estrellato fue instantáneo, robándole a Lugosi el cetro de rey del miedo (culpa del gran Bela, que rechazó el papel del monstruo) y apareciendo como protagonista en numerosas producciones siniestras de la Universal (“Satanas”,“El Cuervo”,“La casa de las Sombras”) y de otras productoras (“El Ladrón de Cadáveres”, “Los Muertos Andan”, “Las Tres Caras del Miedo” . Trabajó con Corman también en “El Terror”. Sus papeles como perverso mafioso fueron también numerosos, destacando en producciones de Howard Hawks como “El Código Penal” o la magnífica “Scarface”.

Nuestros protagonistas al completo (solo falta Nicholson).

Según sus amigos era un hombre ordenado, cariñoso y afable, en todo lo cual coincidía con Vincent Price. Su legado esta hoy en día tan vivo como entonces.

Seguimos con una indiscutible estrella femenina del cine clásico de terror, Hazel Court en el papel de la bella y peligrosa Lenora. Nada menos que la esposa “muerta” cuyo triste recuerdo llena de congoja el alma del despistado Erasmus. Cuando se entera de que su alma puede estar vagando por el siniestro castillo del malvado Scarabus, no dudará en acompañar a Adolphus alli y buscarla.

Pero en fin… resulta que no estaba muerta, sino simplemente harta de las chorradas mágicas del indolente Erasmus y su falta de ambición, lo cual hizo que lo dejara plantado para casarse con Scarabus. El malvado mago se acerca mucho más a su ideal de hombre, siendo como es, al igual que ella, manipulador y traicionero a más no poder. Divertidísimas las escenas de vida “conyugal” de la perversa pareja y como Lenora, viéndolo todo perdido al final, demuestra ser aun más chaquetera que el bribón de Adolphus.

Hazel nos dejó el pasado abril y en este blog le dedicamos un homenaje, con una breve semblanza biográfica, al que os remitimos aqui. Tan solo comentar que la autobiografía de Hazel tiene una portada estupenda en la que vemos a la actriz en una imagen promocional de "El Cuervo", imagen que podeis disfrutar en grande y en glorioso blanco y negro pinchando en el artículo del blog que os enlazo unas líneas más arriba.

En un papel de menos lucimiento tenemos a la otra estrella femenina del film: la bella Olive Sturgess en su única aparición digna de recuerdo en su filmografía (tras "El Cuervo" se dedicó más bien a la televisión y su carrera no llegó mucho más alla de los 70). La relación entre su personaje Estelle y su padre es de mucho cariño y admiración, además de sosegada, porque ya sabemos lo que le gusta a Erasmus permanecer alejado del mundanal ruido. Eso siempre que no confunda de noche a su hija con su mujer fallecida y le pegue un susto de muerte, claro.


En la siguiente, y última, entrada dedicada a "El Cuervo" unas notas sobre Roger Corman y Jack Nicholson.

sábado, 12 de julio de 2008

REPORTAJE Y GALERÍA: "EL CUERVO" De Roger Corman (1)


Tras la tragedia del licántropo de la Hammer, nada mejor que una entrada en dos partes dedicada a una de las comedias más divertidas rodadas en el contexto del terror clásico. La bizarra adaptación de "El Cuervo" de Poe a cargo de un Roger Corman y unos actores con muchas ganas de diversión. Durante estas dos partes veremos algunas míticas fotos promocionales de esta cinta y recordaremos los mejores momentos del film a través de sus actores. Y que mejor manera de comenzar el comentario de esta deliciosa película que con los protagonistas. Boris, Vincent y Peter, la santísima trinidad, o más apropiadamente en este caso: el trío calavera.

Vincent Price interpreta a Erasmus Craven, un hechicero noble aunque algo ingenuo que llora la muerte de su amada Lenora, interpretada por Hazel Court. Día y noche se lamenta por su pérdida hasta que aparece un cuervo deslenguado que resulta ser un colega de magia, Adolphus Bello (Peter Lorre) que le pide ayuda para volver a su forma humana y después clama venganza por el que le convirtió en ave: nada menos que el jefe de la orden de magos, el siniestro Dr. Scarabus, al que da vida Boris Karloff. Erasmus, algo indolente, rehúsa acompañar a Adolphus en su venganza hasta que este le cuenta algo que le deja sin aliento. Resulta que cuando estuvo en el castillo de Scarabus antes de sufrir el hechizo transformador… ¡vio allí a Lenora!, la esposa supuestamente muerta del cada vez más confuso Erasmus.

Lo que sigue es un festival de hechizos desternillantes, frases muy ingeniosas y, sobre todo, una sana mala uva en la autoparodia de los propios esquemas de los responsables del film. Richard Matheson se empleó a fondo en el guión de esta comedia (repetiría en el vodevil siniestro con “La Comedia de los Terrores” de Tourneaur) y Corman aportó como siempre sus vivos colores y su ambientación gótico-siniestra, que no resulta fuera de lugar a pesar del tono del film.

Algunos de los momentos más geniales del señor Price en “El Cuervo” son, por ejemplo, las demostraciones mágicas, siendo especialmente memorable el duelo final con Boris Karloff. Yo disfruto muchísimo también con las primeras escenas del film, con Price llorando a Lenora en su estudio (igual que el protagonista del poema de Poe), tropezando todo el tiempo con su enorme telescopio y confundiendo a su hija con Lenora, dándole un susto de muerte. E impagable cuando entra el cuervo y se posa sobre el busto de Pallas y Erasmus le pregunta si algún día volverá a ver a su amada esposa muerta (como en el poema) y cuando todos esperamos que el cuervo exclame su famoso “Nunca más” , el ave suelta indignado “¡Y yo que sé! ¿Me has tomado por un adivino o qué?”

Nativo de Saint Louis, Missouri, el mítico Vincent Price (1911-1993) tuvo su primer contacto con la interpretación cuando ampliaba sus estudios universitarios de Historia del Arte en Inglaterra. Alli, para superar baches económicos comenzó a actuar en teatro y a labrarse poco a poco una reputación que le llevaría al cine algunos años después, primero como secundario y despuntando en su apogeo como el típico villano frío y sin escrúpulos. Su presencia magnética y su dulce pero inquietante voz le convirtieron en el mezquino cinematográfico total, bordando papeles de este estilo en grandes películas como “Laura” , “El Castillo de Dragonwyck” o “Los Tres Mosqueteros” y dejándose ver poco a poco en producciones fantásticas tan míticas como las secuelas de “El Hombre Invisible” de James Whale, “La Mosca” o su primer protagonista de éxito en “Los Crímenes del Museo de Cera”. Eso sin mencionar su participación en algunos de los éxitos de William Castle, que ya comentaremos.

Sus papeles para las sagas Poeianas de Corman le reportaron la gloria y la fama que merecía, siendo hoy en día uno de los actores de terror más populares y queridos de la historia.

A continuación tenemos a un actor no menos imprescindible: el gran Peter Lorre en el papel de Adolphus Bello. Un personaje ambivalente, ambiguo… bueno, podríamos decir más bien que es un chaquetero de mucho cuidado.

Sus intenciones al principio parecen ser la de vengarse del malvado Scarabus (Karloff), por lo que pide ayuda al ingenuo Erasmus (Price), para que vaya con él al castillo, le asista en su combate contra el poderoso jefe de los magos y a la vez investigue si Lenora esta aún viva tras esos muros. Pero en fin, luego nos enteramos que todo era parte de un complot para atraer a Erasmus, que luego se lía y se complica cada vez más hasta que no sabemos a ciencia cierta si Adolphus es decente o un redomado bribón. A destacar el principio cuando entra transformado en cuervo a la habitación de Erasmus y este intenta devolverle su forma humana, consiguiéndolo solo a medias. O cuando se lamenta de la victoria de Scarabus sobre él:
“Si hubiera estado sobrio habría ganado yo. Claro que… no estoy sobrio demasiadas veces”.

Nacido en Budapest, Hungría (con su verdadero nombre Ladislav Lowenstein) el gran actor de carácter Peter Lorre (1904-1964) tuvo una dilatada y variopinta carrera como secundario de lujo y (menos) protagonista en Hollywood, donde falleció. Interpretó a gran cantidad de psicópatas y locos varios, como el inmortal asesino de niñas de “M, el Vampiro de dusseldorf”, la obra maestra de Fritz Lang y se convirtió en uno de esos actores asociados al lado tenebroso que nos daría muchas más interpretaciones en el terreno fantástico en films como “Las Manos de Orlac” o algunas aportaciones a la mítica Universal (“El Agente Invisible” y “La Máscara de Fuego”). Como curiosidad comentar que ya trabajó con Karloff en “You´ll find out”, en la que el trío de estrellas quedaba completado por ¡Bela Lugosi!

Fuera del género, destacar su breve pero vital participación en la legendaria “Casablanca” de Michael Curtiz. Le encantaba auto-parodiarse, como deja claro en el film que nos ocupa o en otros como la magnífica “La Comedia de los Terrores” de Tourneaur o en la genial “Arsénico por Compasión” de Frank Capra. Con Corman también rodó “Historias de Terror”, el film de sketches basado en tres relatos de Poe.

Aunque Hollywood siempre le encasillara por su particular físico, estamos sin duda ante uno de los actores más respetados y admirados por los cinéfilos de pro.

En la segunda parte nos ocuparemos de Boris Karloff y de otras curiosidades de este film imprescindible.

lunes, 7 de julio de 2008

LA MALDICIÓN DEL HOMBRE LOBO (1961) De Terence Fisher


“…Un cuerpo con un alma y un espíritu, que se encuentran en guerra constante”.

Y le llegó el turno al Hombre Lobo en esa renovadora de mitos llamada Hammer Films. Terence Fisher y su equipo se aproximaron al tema con el afán rupturista que había caracterizado sus anteriores versiones de los monstruos clásicos de la Universal. Para empezar ambientaron la trama en el siglo XVIII, en España y le dieron un toque visceral que le viene que ni pintado a esta soberbia adaptación de la novela “El Hombre Lobo de Paris” de Guy Endore (publicada en España por Valdemar). Otros elementos como la violencia, la sordidez, o el detalle de presentar al primer hombre lobo albino de la historia del cine, no son más que la confirmación de que Fisher deseaba alejarse todo lo posible de los conceptos y la estética que ya se conocían con respecto al fascinante tema de la licantropía. Aunque curiosamente, parte del concepto de la película se debió a un aprovechamiento de decorados. El estupendo John Gilling –posterior realizador de prestigio en la productora-, tenía escrito un libreto sobre la Inquisición Española que había sido rechazado debido a las objeciones que la iglesia católica hubiera podido poner, perjudicando así la taquilla. Con la idea de reutilizar los decorados que se habían construido en los míticos estudios Bray, la acción del nuevo hombre-bestia se trasladó a nuestro país. Solucionados estos problemas, Fisher eligió al carismático Oliver Reed con el que ya había trabajado en su incursión en el mundo de Robin Hood, “Los Hombres del Bosque de Sherwood”, un año antes.

Además de la base literaria ya mencionada, la película de la Hammer supone una vuelta a los mitos que sobre hombres lobo habían salpicado de sangre las leyendas del folklore. Aquí encontramos el proceso de transformación a consecuencia de un cúmulo de desgracias espirituales en lugar de a través de la clásica mordedura –más afín al mito del vampiro-. En el guión de Anthony Hinds se vuelve a la clásica idea del influjo de la luna como maldición para un individuo (de ahí lo idóneo del título elegido); el cual ha nacido con el estigma de la condenación debido a las circunstancias de su concepción, totalmente ajenas a él. En este caso somos testigos de dicha concepción cuando, de forma sorprendente para la época, el relato cinematográfico nos cuenta todos y cada uno de los pasos que llevaron al nacimiento de León, el desgraciado protagonista de la historia. El cual tarda muchos minutos en aparecer en escena, pero al que sentimos en cada uno de los planos desde el mismo comienzo del film. Su origen es el que le llevará a nacer estigmatizado por el influjo de la luna, siendo producto de la violación de su madre a manos de un mendigo encarcelado y degradado por la tortura de un sádico Marqués, el cual es otro ejemplo de ruina física y moral –por cierto, el escritor del relato original en que se basa el film, escribió a su vez una biografía sobre el famoso Marqués de Sade-. Unido esto al hecho de nacer el mismo día que Cristo, lo cual se supone condena por “osado” al bebe en cuestión, el cúmulo de desgracia destilarán a este hijo del odio. Un origen trágico que le llevará a lamentar su nacimiento y del que solo podría redimirse a través del amor.

Fisher mueve la cámara con la elegancia que le es habitual, filmando paso a paso todas las consecuencias que llevarán a la ruina a este desgraciado licántropo. Los títulos de crédito ya dan pistas de lo que se avecina, con ese aterrador primer plano de los ojos salvajes del hombre lobo, que mientras avanzan los créditos se torna patético al comenzar esos mismos ojos a llorar. Una sabia introducción a la mezcla de salvajismo y emoción, terror y tragedia que nos espera. La muy gótica primera parte detalla la llegada del mendigo al castillo del detestable Marqués (interpretado por el habitual Anthony Dawson), su injusto encarcelamiento y su posterior violación de la muda sirvienta. Las escenas de humillación, maldad y asesinato son extremadamente gráficas y tuvieron las lógicas problemáticas con la censura de la época, estando toda esta primera parte empapada de una sórdida evocación del comienzo de “El Perro de los Baskerville” del propio Fisher, que decidió comenzar su adaptación de Conan Doyle con la historia de otro noble cruel y lujurioso: Sir Hugo.

Sin embargo la trama es más amable una vez que León va creciendo, ya que a pesar de su origen maldito ha encontrado una familia que le adopta y le da todo el cariño que no tuvo su concepción. Y una vez más, a pesar de esto, la maldición le alcanzará y será el asesino de varias personas inocentes. Las imágenes del León niño mostrando sus afilados colmillos mientras se debate contra las rejas de una ventana -como si fuera una jaula- son magníficas. El final del personaje será el que su nacimiento presagiaba: el de un animal salvaje perseguido y odiado por el pueblo, que organiza los clásicos piquetes que entroncan con la Universal. Sin posibilidad de salvación a pesar de su sincero amor por Cristina (Catherine Feller) hija de su patrón. La interpretación de Reed muestra la ilusión primero y poco a poco la desesperación de un hombre que sabe que no podrá escapar de lo que es.

Son estos apuntes trágicos los que conectan este hombre lobo con aquel que nos presentó la Universal, aunque con un pesar mucho más profundo, por supuesto. Además la “ejecución” final del desgraciado licántropo, es a manos de una figura paternal, al igual que sucedía en el clásico de Lon Chaney Jr., en una persecución final que culmina en la iglesia, al son de las campanas, que repican para aturdirle y facilitar su muerte. La de un ser que vino al mundo solo para derramar lágrimas, y de la misma forma exhala su último suspiro.

viernes, 4 de julio de 2008

JAMES WHALE EN FRANCIA


Que cosas ocurren en nuestro pais vecino. Aqui sería impensable que las distribuidoras reestrenaran cualquier clásico del terror, pero en Francia van a poder disfrutar este verano de los tres grandes films de James Whale en pantalla grande. "Frankenstein" (1931) y "La Novia de Frankenstein" (1935) ya estan siendo proyectados desde el 25 de junio, y "El Hombre Invisible" comenzará su andadura en agosto.

La iniciativa ha sido idea de la distribuidora Carlotta Films, afincada en Paris, y para promocionarlos han realizado una serie de preciosos carteles coloreados digitalmente. Abajo podéis apreciar en detalle los dedicados al díptico de la criatura de Mary Shelley: