martes, 26 de mayo de 2009

THE GHOSTS OF HANLEY HOUSE (1968) De Louise Sherrill


Como siempre es divertido hacer paradas en los momentos más “baratos” de la cinematografía clásica del terror, vamos con un verdadero despropósito llamado “The Ghosts Of Hanley House”, un cutre-film de casa encantada rodado en Texas con cuatro duros y mucho entusiasmo. Encontramos en el film todos los mil y uno tópicos del género y que encima he podido ver en una copia supuestamente remasterizada que lo que hace es añadir algunos efectos de sonido e imágenes en color que en lugar de modernizar lo que hacen es afear aun más el aspecto de por si feísta de la película, que nos que contara precisamente con muchos medios para usar una fotografía cuidada. De hecho lo que más me maravilla es que este film, rodado casi en los años 70 tiene más aspecto de serie B años 50. Y de las mal rodadas. Tal mérito hay que dárselo a la directora Louise Sherrill, en su único (por suerte) esfuerzo tras las cámaras. Esta chica apareció también como actriz en otra simpática serie B setentera: "Blood and Lace", que algunos consideran una pionera del "slasher".

A ver si os suena el argumento. En un antro de la America profunda los dos protagonistas se encuentran con el “sine qua non” de las historias de casa encantada: discuten con un misterioso personajillo sobre si la famosa casa de los Hanley esta realmente embrujada como dicen las tradiciones locales o todo es una mentira para asustar a los curiosos. Así que harán una apuesta y, como es lógico, pasaran una noche dentro de la casa para probar si es cierto o no lo de las fantasmas. Y encima se llevan con ellos a su grupo de amigos que no parecen tener otra cosa que hacer aparte de bailar rock and roll –en una de las escenas más sonrojantes de la historia-. Aquí de lo más original de asunto sería el emplazar la trama en una casa rural típica (la última del pueblo) en lugar de en un caserón en una colina, y el hecho de que la base del misterio en sí sea más bien una historia de psycho-killers antes que de fantasmas. De hecho el plano principal del hacha goteando sangre muestra la década en la que nos encontramos y como a estas alturas el cine de horror moderno comenzaba a pegar fuerte. No estaba la cosa para muchas sutilezas y menos con un guión tan simplón como el que nos ocupa. Pero por supuesto estos elementos tampoco tienen nada de original porque ya en la época de gloria del pulp teníamos historias de horror a lo “american gothic” como “Palomas del Infierno” de Robert E. Howard, que también mezclaa fantasmas y hachas. Por cierto que en un futuro aparecerán por aquí una reseña de dicho mítico relato y de su adaptación televisiva (en la serie “Thriller”, unos cuantos años antes que esta “…Hanley House”).

Hay que reconocer que la casa tiene algún detalle gótico que no esta mal

Tras la "terrorífica" aparición del fantasma (Un poltergeist que no asustaría ni al niño más impresionable, pues es una mancha de luz roja cortesía de unos paupérrimos efectos especiales) en la segunda parte del film parece que las ideas con respecto a la casa encantada se acabaron de forma fatal, así que la trama se traslada al exterior para ofrecernos una frenética persecución entre los bosques con cementerio incluido. Los momentos finales –que tienen como estrella un siniestro sótano y la dichosa hacha-, se hacen entretenidos no sabemos muy bien si porque la historia se agiliza o bien porque el espectador esta deseando de que la película se acabe al fin. Atrás quedan unos actores sumamente penosos, una música risible y un desarrollo aburrido como pocos, que ponen a prueba a cualquier cinéfago del horror clásico como el que suscribe. Un único detalle que me hizo gracia fue el momento en que la mano de un espectro queda marcada en el rostro de uno de los pobres visitantes de la casa Hanley. Ridícula escena, pero muy evocadora de las sesiones de espiritismo de hace dos siglos.

No me constan datos de estreno en nuestro pais (ni siquiera en canales frikis) y lo cierto es que el film ni siquiera cuenta con su entrada en la wikipedia. Muestras de que estamos ante una película para olvidar.

viernes, 22 de mayo de 2009

LA CRIPTA DEL HORROR [Vault Of Horror] (1973) De Roy Ward Baker


Seguimos con el segundo segmento del díptico en el que la productora Amicus se dedicó a adaptar bastante fielmente los geniales comics de terror del sello EC, estrenado solo un año más tarde que “Tales From The Crypt”. Este “Vault Of Horror” fue conocido también con los nombres “Historias de la Cripta II” o “Más Historias de la Cripta”, dejando claro el continuismo de la propuesta en estética, tono, estructura y ambiciones, a pesar del cambio de director. Si en la primera parte Freddie Francis se hacía cargo de la realización, en “La Cripta del Horror” contamos con otro director mítico de la productora Hammer, Roy Ward Baker, autor de estupendos films de la casa del martillo como por ejemplo “Las Amantes Vampiro” o la editada en DVD este mes “Dr. Jekyll y su Hermana Hyde”. Ambos realizadores son sinónimo de oficio, elegancia y buenas ideas así que todo ello lo encontramos en esta nueva entrega de la saga “…de la cripta” que en algunos aspectos mejora a su predecesora. Especialmente en el ritmo y selección de los cuentos a adaptar, además de que en este caso la duración de las historias se reparte de forma más sabia y ninguna parece robar protagonismo a las demás.

En el capítulo de las diferencias respecto al comic, hay que recordar que el tebeo “Vault Of Horror” tenía a uno de sus típicos guardianes anfitriones que aquí esta lamentablemente ausente, siendo los propios protagonistas de las cinco macabras historias los narradores de las mismas. También es muy curioso como a pesar de ser titulado el film “Vault Of Horror”, la mayoría de historias adaptadas pertenecían en su origen al omnipresente “Historias de la Cripta”, con una concesión al magazine “Shock Suspense Histories”, del que se extrae el episodio menos terrorífico y más de serie negra de la película. Pero vamos ya a desglosar las historias una por una. Como decíamos, los cinco protagonistas cuentan sus relatos tras quedarse encerrados en un ascensor que les lleva a un misterioso sótano de un gran edificio, a pesar de que ninguno de ellos ha pulsado el botón de bajada. Allí se encontraran con una mesa bien dispuesta para cinco comensales a la vez que descubren que la puerta del ascensor permanece bloqueada tras su salida. Resignándose a su extraña situación los cinco deciden sentarse a tomar algo y en el transcurso de la conversación saldrá el tema de las pesadillas que todos ellos sufren. Recurrentes y a las que no le encuentran explicación. En ellas todos ellos son seres mezquinos que acaban de la peor manera tras toparse casi siempre con algún elemento sobrenatural. Uno de ellos abre fuego contando su caso y así comienzan las cinco historias.

En la primera de ellas el protagonista es un desalmado que tiene la intención de cobrar la parte de la herencia de su hermana asesinándola. Cuando va a buscarla a un, en apariencia, tranquilo pueblo de la campiña inglesa, se topará con una curiosa congregación de vampiros que incluso se reúnen en una taberna donde son atendidos en todas sus necesidades gastronómicas y en sus especiales gustos para la “bebida”. Es una historia entretenida y muy típica para abrir fuego. El segundo segmento es el que adapta la historia del magazine policíaco de la EC, por lo que tenemos una historia irónica y criminal antes que terrorífica. Un obseso del orden se casa con una mujer que tiende a cambiarle las cosas de sitio y a poner sus posesiones patas arriba debido a sus manazas. La tensión irá poco a poco subiendo de tono hasta un final sangriento y lleno de locura. Una historia divertidísima. La siguiente nos lleva a la exótica India siguiendo el periplo de un mago profesional que busca inspiración para su espectáculo a la vez que intenta desenmascarar los supuestos poderes sobrenaturales de los fakires locales. Allí se encontrará con un fenómeno que no sabrá explicar a pesar de su experiencia, el de una chica que con la música de su flauta hace subir sola a una cuerda. No parece haber truco, y el arribista mago hará todo lo posible para hacerse con el fenómeno. Incluso llegar al asesinato.


Es este un buen relato lleno de atmósfera, cosa que también encontramos en el siguiente, en el que dos bribones se ponen de acuerdo para que uno de ellos se haga pasar por muerto y cobren el seguro. El otro tendrá que rescatarle de su ataúd, pero no contaran con que la misma noche un par de jovenzuelos estudiantes de medicina estén en el mismo cementerio a la búsqueda de un cadáver fresco para sus estudios. Es también otra de las historias más divertidas y con un final más inesperado. Y hablando de finales, el siguiente y último episodio nos lleva también a una exótica localización, Haiti, con sus leyendas de vudú y santería como eje de la trama. Es este el episodio en el que aparecen más estrellas siendo Tom Baker –el mítico Dr. Who setentero- el pintor protagonista, enfrentándose a una conspiración contra su arte llevada a cabo, entre otros, por el genial Delhom Elliott. En esta entretenida trama el artista se enterará de cómo se han aprovechado de su credulidad y han vendido sus cuadros sin darle un penique a él, por lo que buscará consejo en los chamanes de la isla. En una cabaña recibirá el poder de cambiar la realidad con sus cuadros. Todos los cambios que realice a una pintura de un objeto o persona reales se materializarán en el mundo físico además de en el del cuadro. Así podrá hacer retratos de sus estafadores y vengarse de ellos. Pero a la vez tendrá que tener cuidado con su propio autorretrato.

Si hay algo que destaca en todos y cada uno de los cinco segmentos de que consta el film es como el terror, el asesinato o el elemento sobrenatural aparecen perfectamente insertados en un entorno normal y corriente. Mucho más realista y cotidiano que el que encontrábamos en la anterior “Cuentos de la Cripta” donde había muchas más concesiones a cementerios con ataúdes que se mueven, ídolos satánicos y venganzas de ultratumba. Aquí en cambio el tono es más de serie negra que de horror, e incluso algo tan fantástico como el tema de los vampiros es pasado por ese tapiz naturalista que los convierte en asiduos de una taberna en la que se reúnen para beber como cualquier persona corriente. Las localizaciones exóticas del episodio ambientado en la India huyen de toda referencia a nieblas, caserones, fantasmas, etc… Y asimismo el episodio del maniático del orden tiene una atmósfera de terror nula, siendo más bien una historia cómica con elementos de serie negra y final algo “gore”. Es posible que esta mayor sutileza sea debida a que “Vault Of Horror”, al igual que su predecesora, también sufrió censura en sus momentos más sanguinolentos. Por desgracia para nosotros, es difícil conseguir en la actualidad una copia completa del film, dado que la versión en DVD esta tristemente mutilada y a la supuesta versión completa que emitió el año pasado un canal británico también le faltaba metraje, al haber desaparecido el plano final en el que los cinco protagonistas de las historias aparecen con un semblante cadavérico.

viernes, 15 de mayo de 2009

CONDENADOS DE ULTRATUMBA [Tales From The Crypt] (1972) De Freddie Francis


Seguimos con el horror setentero y con otra famosa interpretación de Peter Cushing, pero en este caso dejamos la madre patria para volver a la vieja Inglaterra. Estamos ante la primera adaptación de la productora Amicus –de la que ya hemos hablado unas cuantas veces- de los famosos comics de la casa EC, que triunfaron en la época del esplendor americano de la historieta para acabar siendo criticados, perseguidos y finalmente censurados. De estas maravillosas historias de ataúdes inquietos, vampiros y asesinos maniacos se deriva buena parte del horror moderno, gracias a su visceralidad, violencia y estupenda actualización de los parámetros del horror clásico. Dado que hablar de forma justa de estos comics requeriría un dossier de muchas entradas, mejor volvemos nuestra atención al film que nos ocupa. Uno de los entrañables films de sketches de la Amicus que en este caso contiene cinco tenebrosas y crueles historias unidas, como siempre, por un sobrenatural hilo conductor. Si en “Dr. Terror”, Cushing interpretaba a un misterioso médico que repartía cartas del tarot mientras sus compañeros de pasaje vivían sus historias, en “Condenados de Ultratumba” tenemos al mismísimo guardián de la cripta de los comics como hilo conductor. Por desgracia la sobria interpretación del gran Ralph Richardson no deja traslucir en ningún momento el humor socarrón del personaje, así que los nostálgicos del tebeo sufrirán una pequeña decepción con ello. En cualquier caso las cinco historias tienen todo el sabor y estilo de aquellos comics que tan nerviosos pusieron a la decente sociedad americana.

Los cinco personajes se quedan misteriosamente atrapados en la cripta junto al guardián y este les advertirá de lo que les espera cuando vuelvan al mundo exterior. Comenzamos con un “sketch” más bien de suspense antes que de horror, en el que una mujer –interpretada por una jovencita Joan Collins- asesina a su marido en nochebuena, justo cuando un maniaco homicida vestido de Papa Noel se escapa del manicomio en el que estaba ingresado. Bastante floja y previsible, aunque con un buen trabajo de Francis tras la cámara creando algunos buenos momentos de intriga. Momentos aislados, por desgracia. La segunda historia sigue a un marido infiel que en su fuga con su amante sufren ambos un accidente de coche. Aparentemente el protagonista sobrevive y vemos el resto del episodio desde su punto de vista, mientras observamos todo lo que él ve como si sus ojos fueran los nuestros (un detalle que en el comic sucede varias veces, con una narrativa que parece relatada por el propio lector). Sus manos parecen destrozadas mientras se topa con varios transeúntes, entre ellos un mendigo, que gritan y huyen aterrorizados al verle. Solo cuando llegue a la casa de su amante se descubrirá su aspecto actual y tendremos una sorpresa final estupenda que eleva muy mucho a esta historia por encima de la anterior.

El siguiente segmento es el que protagoniza Cushing, en el desgarrador papel de un anciano que llora la muerte de su esposa y que se consuela recibiendo la visita de los niños del vecindario. Sus vecinos, unos seres despreciables que desean que abandone la casa, le quitaran poco a poco todo lo que ama (sus perros, las visitas de los niños…) y provocarán su suicidio por medio de unas cartas de San Valentin falsas en las que todos los vecinos de la zona supuestamente le insultan y desprecian. Las miradas de Cushing, su desolación por la muerte de su mujer y la progresiva destrucción de todo su pequeño mundo personal constituyen sin duda uno de los papeles más duros de su carrera, para el cual además requirió la inspiración extra de su propia experiencia. Reciente aun la muerte de su esposa Helen, el actor tenía una foto de ella sobre su chimenea igual que su personaje en este film y la esposa del viejo acosado se llama también Helen, por cierto. Según Cushing “El papel en el guión era insignificante” ; Así que el rol de Peter es una creación suya casi completa, y tan emotiva que le valió varios y merecidos premios. Sin desvelar demasiado, diremos que esta es la clásica historia EC de venganza de un muerto y que el final tiene un guiño irónico relacionado con las tarjetas de San Valentin que sin duda provocó aplausos en el respetable en la época del estreno. Y es además una de las pocas veces en que veremos al señor Cushing con un tétrico maquillaje, al cual también añadió algunas sugerencias. Laureada interpretación para un episodio también algo típico pero muy disfrutable.

La siguiente historia era la que iba a protagonizar Cushing en primer momento, antes de que el actor pidiera hincarle el diente al rol que finalmente protagonizó. En este divertido relato tenemos un homenaje al mítico cuento de terror “La Pata de Mono” de Jacobs, que ha tenido varias adaptaciones a lo largo de la historia –de la que mi favorita es la de Narciso Ibañez Serrador en sus “Historias Para No Dormir”- y que aquí es la excusa para la previsible historia de “cuidado con lo que deseas porque podría hacerse realidad”, cambiando la pata disecada del relato original por un ídolo oriental. Sin embargo, el tono irónico nos regala un capítulo muy divertido e incluso algo “gore” que deja buen sabor de boca. Respecto a la escena sangrienta a la que nos referimos, cabe decir que fue censurada en casi todos los paises, y que la mano cortada agitándose que se ve en ese plano final es el mismo ingenio de plástico que usó la Amicus en el episodio protagonizado por Christopher Lee de “Dr. Terror”. Economía de medios estilo Amicus. Tras este interludio la película desemboca en el episodio final, en el que tenemos otro personaje detestable, en este caso regentando un asilo de ciegos a los que maltrata economizando en luz, calefacción y comida. Como no, las víctimas acabarán volviéndose contra su torturador construyendo un sótano lleno de trampas en el que el déspota se sentirá como una rata en un laberinto. El sketch tiene momentos muy buenos pero también resulta algo alargado innecesariamente, además de previsible una vez más.

En general y dado el nivel de algunas historias junto al buen hacer atmosférico de Francis estamos sin duda ante una de las películas más recordadas de la Amicus y que además fue una de las más taquilleras para el estudio. La buena recaudación provocó la realización de un nuevo film basado en los inmortales tebeos EC a modo de secuela de este, “La Cripta del Horror” (Vault Of Horror) del que también hablaremos.

domingo, 10 de mayo de 2009

ARTHUR MACHEN - Entre Hadas y Faunos


El escritor del sur de Gales Arthur Machen (1863-1947) tiene el honor de suponer una rara avis dentro del círculo de autores de fantasía provenientes de la época victoriana. Aunque su magnífica prosa erudita podría evocar el estilo recargado y detallista de otros grandes de la escena como M.R. James o, sobre todo, Le Fanu, lo cierto es que por temática y por tono, la obra de Machen rehuye todos los lugares comunes de los creadores decimonónicos. Su genial aportación consiste en concentrarse más en el terror sobrenatural de misteriosas fuerzas elementales de la naturaleza antes que en fantasmas y monstruos, acompañado todo ello de una atmósfera de raigambre espiritual y metafísica que puede resultar algo difícil en primeros intentos de aproximación a sus escritos. Pero que una vez se entra en el juego literario de Machen, el lector no puede menos que sentirse completamente envuelto en el relato y embriagado por sus poéticas y fuertes imágenes. Leer algunas de sus obras capitales como “El Gran Dios Pan”, por citar una de las más famosas, es una experiencia enriquecedora y adictiva que puede provocar encendidos rechazos o enormes parabienes. Pero nunca dejará indiferente.

Hijo de un sacerdote anglicano y criado en una rectoría, el pequeño Arthur se sintió enseguida atraído por las leyendas y tradiciones féericas del folklore de su país. Crecer en una zona tan llena de bosques sombríos y colinas enormes como el condado de Gwent alimentó sin duda la imaginación del niño, que también se vio estimulada por los tan comentados descubrimientos arqueológicos de la época, consistentes en estatuas y grabados de raíz pagana pertenecientes al periodo de la ocupación romana en tierras inglesas. Todos esos elementos fueron retomados posteriormente en la prosa lírica de Machen, fuerte evocadora de esos cultos secretos y antiguos que tanto influenciaron a H.P. Lovecraft. A pesar de su vívido espíritu creativo, sus padres no fueron lo suficientemente acaudalados como para pagarle una educación en Oxford, así que al alcanzar la edad adulta, Machen se trasladó a Londres para desarrollar una exitosa carrera dentro del periodismo. Para entonces ya había auto-publicado un volumen de poesía y pronto comenzó a llevar a cabo una labor traductora de los clásicos, que alternó con sus primeras obras de ficción, muy influenciadas por autores como Rabelais. Desde luego Machen no era un escritor que siguiera las modas del momento

El Autor en 1890

Pero a partir de la década de 1890 comenzó a desarrollar ese estilo de escritura gótica tardía de raigambre realista que tan bien llevaron a cabo autores como Wilkie Collins y pudo dar a luz a esos relatos cortos que hicieron historia del horror literario. Aunque nunca abandonó su posición de articulista (polémico a veces), y sus relatos cortos también abarcaron el género humorístico y de suspense –un ejemplo de esto último sería su relato “Un Chico Listo”- es en esta época cuando despunta en todo su esplendor su obra esotérica. Además de “El Gran Dios Pan”, novelas como “Los Tres Impostores” fueron un éxito para Machen, aunque con el comienzo del siglo XX, su fama sufrió un declive en parte debido al interés que el escritor desarrolló por el ensayo religioso y por el teatro (fue actor y giró con su segunda esposa con una bohemia compañía itinerante), antes que por la ficción sobrenatural. En sus años de gloria formó parte de la hermética “Hermandad Del Amanecer Dorado”, orden espiritual a la que también pertenecieron otros grandes de la literatura sobrenatural del XIX, caso de Algernon Blackwood, Guvstak Meyrink y –posiblemente- Bram Stoker. Pero a pesar de su interés por el mundo metafísico, lo cierto es que sus creencias no le vinieron impuestas por nadie, sino que se formó una especie de religión propia basada en su amor por el espiritualismo celta. En sus últimos años abandonó la escritura, pero ya nos había legado un corpus legendario, con algunas obras que han sido reivindicadas bastante tiempo después de que la figura de Machen cayera en el olvido.

Como decíamos, si hay algo que caracteriza a la prosa de Machen es su tono poético. Con sus manierismos esteticistas –pero con sentido-, y ese fluir pausado de su narrativa, el señor Machen consigue imbuir al lector de un espíritu evocador de tierras lejanas, de fantasía y misterio. De extraños mundos alternativos que, a pesar de todo, forman parte del nuestro. “El Pueblo Blanco” en ese aspecto, podría definirse como su obra maestra. La inquietante historia que una niña deja escrita en un libro de tapas verdes, concerniente a sus encuentros con seres de otro plano que habitan en el bosque (solo se los define como “blancos”. De hecho "The White People" es el título original del relato), estremece al lector con una especie de terror sobrenatural no basado en la aparición de monstruos o espectros, sino de una especie de deidades que muchos cronistas identifican con las criaturillas del folklore. La “gente pequeña”, como se la llama, haciendo y deshaciendo sus conjuros al margen delmundo, y cuya aparición en el mismo lugar que habitan los humanos puede ser fatal para estos últimos. No menos terrorífica, y si de hecho más accesible para el lector casual, es la historia de “El Gran Dios Pan”, que ilustra el mito del fauno y lo incrusta en la realidad cotidiana de todos los días, sin perder un ápice de fuerza y horror atávico. Quizás la estructura de esta historia, con cierto toque de misterio detectivesco, es la razón de que se lea de forma más fluida que otras incursiones más arcanas de Machen en la ficción de horror. A esa vertiente pertenecen relatos no menos magníficos como la soberbia “La Novela Del Polvo Blanco” (a la que se le han atribuido todo tipo de curiosas interpretaciones alegóricas, de tipo sexual incluso) o “La Pirámide Resplandeciente”, que cuenta de forma pausada una extraña historia sobre la desaparición en un bosque de una chica, acompañada de símbolos esotéricos trazados con piedras y madera en el suelo –detalle que parece haber sido homenajeado en la reciente “El Proyecto de la Bruja de Blair”- y la relación con ese misterio que podría tener un pozo abandonado del bosque en cuyo fondo parecen moverse cosas de más allá de este mundo. Todos estos elementos fueron capitales, como adelantábamos antes, en las obras de horror cósmico de Lovecraft, el cual incluso citó deidades creadas por Machen y desarrolló muchas de sus ideas dándoles nueva y original forma.


Podríamos citar muchas otras historias de Arthur Machen –otra genialidad es su asfixiante novela corta “El Terror”-, pero como acercamiento a la obra de aquel soñador de fantasías, el cual nada tenía que envidiar al mismísimo Lord Dunsany, creo que ya hemos citado algunas claves y símbolos para dar una idea de la gran obra que nos legó el galés y su gran influencia en la literatura de terror de sus predecesores.

viernes, 8 de mayo de 2009

PÁNICO EN EL TRANSIBERIANO (1973) De Eugenio Martin


Curiosa co-producción hispano-inglesa algo olvidada por el devenir del tiempo, pero muy meritoria en contra de lo que podríamos esperar. Además de reivindicada por todo aquel que realmente ama el terror clásico y encima facturada en nuestro pais. El realizador de fantaterror Eugenio Martin -que recientemente ha recibido varios y merecidos homenajes- consiguió dirigir a las mayores estrellas de horror del momento (Los hammerianos Christopher Lee y Peter Cushing) y llevarles por un entretenidísimo viaje en un tren infernal en el que no faltan fósiles que cobran vida, posesiones diabólicas, asesinatos sobrenaturales e incluso un herético pacto con el diablo. La película fue premiada en el festival de Sitges y su título para las americas fue "Horror Express".

El profesor Saxton traslada desde Siberia un extraño homínido fosilizado que podría ser el eslabón perdido. Tras cobrar vida en el interior del tren, el vestigio redivivo resulta ser un ente capaz de trasladarse de cuerpo en cuerpo y de matar con su sola mirada. Tras asesinar a un ladronzuelo en el mismo anden antes del viaje y a su guarda dentro ya del vagón de equipaje, comienza a dejar notar su siniestra presencia por todo el tren y con un objetivo claro: regresar a casa. Esta atractiva premisa argumental se beneficia del ambiente cerrado estilo Agatha Christie que tan evocador resulta en las obras nacidas en este periodo.

A pesar de algunos exagerados golpes de efecto y los habituales zooms de la época, "Pánico en el Transiberiano" resulta ser una mezcla de géneros muy divertida y un auténtico festival para los amantes del horror setentero. No solo podemos disfrutar de la hipnótica presencia de las dos estrellas protagonistas (ambos espléndidos en sus papeles), sino que nuestra atención se ve siempre desbordada por un argumento que auna ciencia-ficción -con recordatorio a clásicos como "El Enigma de Otro Mundo" (la celebre primera versión de "La Cosa", más tarde realizada por John Carpenter)el terror sobrenatural y unas leves pinceladas de horror gore, en unos efectos de maquillaje inquietantes, difíciles de olvidar. El personaje de la criatura -de origen extraterrestre- no debería encajar muy bien en una historia de terror victoriano con cierto estilo Hammer o Amicus, pero los responsables salen victoriosos igual que la propia Hammer ya hiciera con otros mitos tan ajenos a ella como La Medusa o los Zombies.

La escena que contiene la mítica línea de diálogo del personaje de Cushing: "¿Monstruos nosotros? ¡Imposible! Somos ingleses"

Como triste anécdota referir que esta fue la primera película de Peter Cushing tras el fallecimiento de su esposa, que tanto le afectó y acabó siendo una parte fundamental del declive de su gloriosa carrera. De hecho parece ser que al llegar a España llamó a Eugenio Martin y le dijo que se veía incapaz de rodar la película. Por suerte su gran amigo Christopher Lee se lo llevó de bares por nuestro pais y le convenció para que participara. ¡Benditas aquellas cervezas! Cushing hace un papel entrañable y autoparódico en el que desborda la química habitual con su compañero de fatigas, el estoico señor Lee. Aunque tampoco se queda corta la aparición no menos estelar de Telly Savalas, que por esta época también se encontraba de periplo europeo y se coló en los sets de rodaje de cintas de Mario Bava o la que nos ocupa. Su papel como jefe de cosacos no deja de poseer la sorna y sentido paródico que preside algunos momentos de la cinta. Los secundarios se reparten entre un buen puñado de actores solventes de nuestra cinematografía, del que cabría destacar como excepción al argentino Alberto de Mendoza que interpreta a una especie de monje visionario y que cuya importancia final en los eventos sobrenaturales de la trama es otra muestra más de la sana ironía manejada por los realizadores de este film de culto.

lunes, 4 de mayo de 2009

EL HOMBRE LEOPARDO [The Leopard Man] (1943) De Jacques Tourneaur


Estamos ante la tercera en discordia de las películas que el magnífico Jacques Tourneaur dirigió al amparo de Val Lewton, productor estrella y sello de calidad del thriller más psicológico. La penumbra habitual de estas producciones también se deja notar de forma esplendorosa en esta “The Leopard Man”, pero es cierto que a pesar de ciertos apuntes ominosos sobre la locura o la fatalidad del destino, el film que nos ocupa parte de un material bastante menos denso y mucho más convencional que el de los anteriores films fantásticos de Tourneaur –nos referimos, claro esta, a las imprescindibles “La Mujer Pantera” y “Yo Anduve con un Zombie”-. Si en aquellas teníamos complejos estudios sobre el horror que parte de la mente humana, aquí nos encontramos con una trama de “animal salvaje caza-personas” suelto en Nuevo Méjico, que poco a poco deriva en una pieza de misterio con asesino en serie incluido.

El título es tan engañoso como solía ser la publicidad de todas las películas del ciclo de Lewton, pues es inevitable pensar en que estamos ante una versión masculina de “La Mujer Pantera” con otro personaje sobre el que recaería la sospecha de transformarse en felino. Pero como se puede comprobar con mi resumen anterior, nada más lejos de la verdad; además de que aparte de algunas pinceladas, el film se aleja del horror puro. La excusa argumental se refiere a dos mujeres artistas y rivales en un Nuevo Méjico lleno de la superstición típica en estos productos. Cuando el manager de una de ellas, la llamada Kiki, decida dar un golpe de efecto publicitario haciéndola aparecer con una enorme pantera negra –por cierto, es el mismo animal que apareció en “La Mujer Pantera”, de nombre real “Dinamita”- desencadenará la tragedia ya que Clo-Clo (actriz mejicana y nieta de Xavier Cugat), la rival de Kiki, dará un susto a la pantera haciéndola huir y perderse por las calles del pueblo. No tardan en comenzar a aparecer los cadáveres de mujeres. Durante el metraje iremos descubriendo que Kiki (interpretada por Jean Brooks, que repite en otra cinta del estudio de Newton, “La Séptima Víctima”) y su manager, Manning (Dennis O´Keffe) son menos egocéntricos y duros de lo que parecían y decidirán quedarse en el poblado para esclarecer el misterio de las muertes. Sin duda la primera víctima cayó bajo las garras de la huida pantera pero… ¿Y las demás?

Una vez más resulta casi increíble que con tan bajo presupuesto se consiga una atmósfera y una escenografía tan de “clase A”, acompañada de una fotografía en blanco y negro realmente afilada. Los claroscuros de Tourneaur son de nuevo increíbles y la base de que todas las escenas de suspense del film sean soberbias. La primera caza de la bestia, en la que la vemos aparecer brevemente, es un perfecto ejemplo. Resulta increíble como con unos pocos elementos: una chica caminando sola de noche y un puente por el que pasa el ferrocarril, el realizador francés logre un efecto de suspense terrorífico tan logrado. Por cierto que Pilar Pedraza en uno de sus ensayos considera, en mi opinión acertadamente, que esta primera escena de acecho nocturno a una muchacha a la que mandan en busca de pan en mitad de la noche, es un antecedente de la escena de “La Máscara del Demonio” de Bava en la que otra chica tenía que atravesar un sombrío bosque para recoger leche para su familia. Esta atmósfera asfixiante se repetirá en todos los asaltos a las infortunadas víctimas femeninas que aparecen en el film. Una de ellas se quedará encerrada en el cementerio local, permitiendo un juego de ramas que se mueven realmente inquietantes y que sin duda puso los pelos de punta a toda la platea en el momento del estreno. La historia en sí aparte de estos memorables momentos resulta tan divertida como cabría esperar de las producciones Lewton, aunque algo más previsible en este caso –el misterio de la identidad del asesino se ve venir a leguas de distancia- y, como adelantábamos, mucho menos profundo. Más basado en el entretenimiento puro que en el estudio de caracteres, los cuales, eso sí, cuentan con la empatía del espectador en todo momento.

A destacar la escena del descubrimiento final del asesino en serie, la cual tiene lugar en el entorno de una siniestra procesión en la campiña. Las capuchas de los penitentes, las velas y el agreste paisaje que les rodea –que provoca una gran inquietud-, consigue elevar muchos puntos el nivel de lo que en otras manos menos expertas hubiera sido una persecución convencional de caza y captura del “malo” de turno. Y que a través de la mirada de Tourneaur casi se nos presenta como una lucha de carácter metafísico entre los seres humanos corrientes y uno totalmente salvaje, con mucho más en común con las bestias que con ellos mismos.
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¡¡NUEVOS LANZAMIENTOS HAMMER!!

Este miercoles Universal edita en DVD nada menos que cinco títulos de la casa Hammer especialmente indicados para completar colecciones. Entre ellos joyas como "Dr. Jekyll y su hermana Hyde" o "Sangre en la Tumba de la Momia" , además de un par de thrillers oscuros pero muy meritorios -caso de "Miedo en la Noche"-. Todos ellos a la venta este mismo jueves. En la columna lateral tenéis más detalles pinchando en DVD DEL MES 1, cortesía de La Abadía de Berzano.