sábado, 26 de julio de 2008

OJOS SIN ROSTRO (1959) De Georges Franju


Vamos con una rareza fascinante de la cinematografía francesa. Un cuento macabro lleno de onirismo mezclado con algunos momentos realmente escabrosos que le otorgan un estilo realmente atípico para la cinematografía gala de la época, tan poco dada a la explotación de géneros –algo que se le daba de maravilla a los italianos-, y que sin embargo con este “Les Yeux Sans Visage” lograron una maravillosa traslación de los postulados del fantastique americano a un entorno totalmente europeo. De hecho hay quien ha querido hacer alguna bizarra conexión entre este film y la segunda guerra mundial, pretendiendo que la trama del mismo era una especie de metáfora sobre las atrocidades nazis durante la contienda (supongo que refiriéndose ante todo a los experimentos de Mengele y similares), pero no deja de ser una reducción algo absurda del poder de sugerencia de la historia.

Sin ser una película redonda, lo cierto es que es casi imposible sustraerse a las imágenes que nos regala el director Georges Franju, que dejó sus habituales documentales para regalarnos joyas como la que nos ocupa. Y su particular estilo realista pero poético sirve en este caso para recrear una historia muy tópica dentro del imaginario terrorífico americano: la historia del “mad doctor” que asesina jovencitas para mantener la salud de un familiar postrado por alguna enfermedad o anomalía, tema clásico en numerosos films de la edad de oro cinematográfica –como ejemplo se me viene ahora mismo a la cabeza “The Corpse Vanishes”, aquella entrañable serie B del señor Lugosi-; Y que también inspiró el argumento de “Gritos en la Noche”, la película menos mala del inefable Jess Franco. En este caso se trata de un prestigioso cirujano que investiga con el transplante de tejido vivo de un cuerpo a otro, con lo cual quiere hacer historia de la medicina a la vez que intenta devolverle el rostro a su hermosa hija, cuya faz se encuentra desfigurada debido a un trágico accidente de coche. Resulta ejemplar como el personaje de la chica, de nombre Christiane, va pasando de la tristeza resignada del principio a la rebelión final cuando toma conciencia de las atrocidades que su padre esta cometiendo con la vana esperanza de devolverle su cara. La indescriptible presencia de la muchacha –magníficamente interpretada por Edith Scob- logra subir muchos enteros el devenir algo moroso de la cinta, que a veces da la molesta impresión de estar artificialmente alargado para conseguir una duración fílmica standard, por ejemplo en esas interminables subidas y bajadas de escaleras de algunos de los personajes, que parecen algo inútiles a la hora de hacer avanzar la trama. Ese sería para mi uno de los pequeños fallos de este clásico, junto a las interpretaciones del resto de los actores, que a veces da la impresión de que no acaban de encajar en sus papeles o que los afrontan con una desidia algo irritante.

Sin embargo y si lo miramos desde otro punto de vista, lo cierto es que la frialdad de los intérpretes no deja de ser una sensación proyectada por el propio tono de la cinta, que muy apropiadamente es de todo menos visceral. La atmósfera no es de cine de terror, sino que resulta totalmente gélida y clínica, además de cortante. Como si hubiera sido delineada con un bisturí. Metáforas que le vienen como anillo al dedo a la historia que nos cuenta, por supuesto, ya que ese toque frío de la medicina en contraposición a los sentimientos humanos es uno de los pilares de la trama –con ese doctor que no sabemos si pone por encima la experimentación científica antes que la salud de su propia hija-, y que goza de un devenir alucinado, casi de cuento de hadas macabro. En cuanto a los hallazgos positivos de la historia, ya dije que son abundantes: El sótano de la lóbrega mansión, al que la desdichada chica va a visitar a los perros que el doctor mantiene encerrados como conejillos de indias (los únicos seres con los que encuentra paz) o sobre todo las operaciones de su implacable padre, sintetizadas en una inolvidable escena en la que realiza un transplante de rostro y que es sencillamente espeluznante. Toda una rareza en el cine, menos aventurado gráficamente, de la época que nos ocupa y un antecedente del “gore” que aun tardaría unos cuantos años en nacer. Y por supuesto las ya mencionadas apariciones de Christiane, que con su delgadez extrema y su mirada alucinada, fascinan y provocan rechazo a la vez. Inolvidable también es el momento en el que se quita la máscara y acaricia con sus manos el rostro de la futura y dormida víctima de su padre, dejándonos entrever su desfigurada faz entre las tinieblas.

Escenas que le dan a la película el tono fantástico que en un principio no debería poseer –tratándose más bien de una historia propia de un drama o del suspense-, pero que con la presencia de la misteriosa chica y esos toques violentos mencionados, consigue insertarse totalmente dentro del terror clásico de más calidad.
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Con gran alegría recibo la noticia de que Cinemascope, uno de mis blogs de referencia me ha otorgado uno de los premios al esfuerzo personal, incluyendo este humilde sitio en una lista de agraciados junto a otros seis blogs magníficos. Desde aqui las más encendidas gracias y parabienes, además de recomendar a cualquiera que no conozca su estupenda página -si es que queda alguien en la blogosfera- a que la visite inmediatamente si no quiere perderse un blog imprescindible en esto de la reseña del séptimo arte.

10 “Gooble gobble, one of us!”:

Anónimo dijo...

Sí señor, una gran película algo morosa como señala, pero fría como un cuchillo de hielo y por eso más fascinante aún.
De Franju recuerdo el maravilloso documental La sangre de las bestias, rodado en el matadero de París a finales de los cuarenta, en el que con esa capacidad que es también lo mejor de Ojos sin rostro, fabrica pura poesía a prtir de imágenes atroces.
Su Judex lo vi hace tanto que ya no lo recuerdo...

Kike dijo...

Directo a los enlaces, compañero.

Anónimo dijo...

Tiene una pinta dramatica y entretenida que monton de joyitas nos a dado este cine!!magnificas

Cinéfilo7 dijo...

hola Igor V., mira a mi me pasaron un meme sobre las 10 pelis más raras que he visto, y se lo tengo q entregar a tres blogeros, y he pensado en tí porque como sabes muchos de pelis clasicas seguramente seria interesante, yo estoy haciendo el mio pero tengo que saber si te animas o no para ponerlo en el correspondiente post, asi que decidas lo que decidas dimelo en mi nuevo blog.

Dr. Eric Vornoff dijo...

Que miedo me dio siempre esa careta fantasmagórica. Un clásico del cine.

Saludos

invasore espaciales
atomic supermen

Cinéfilo7 dijo...

hola Igor V., te explico como va el post: tienes que hacer una lista de las diez pelis más raras que tú has visto a lo largo de tu vida. Puedes empezar con una introducción breve y luego pones por ejemplo:1.-el titulo y la foto correspondiente, en cuanto a si se debe poner algun comentario de la peli debajo, pues yo voy aponer un breve comentario, si tu quieres...
En cuanto yo ponga el post en mi blog(en Tu Blog de Ocio)y veas "Le paso el meme a Igor Von Slaughterstein de la hunted house" ya podrias empezar a hacerlo, y creo que o mañana o pasado deberia ponerlo.
Bueno, creo que eso es todo,
saludos!!!!!

Cinéfilo7 dijo...

ah y cuando lo hagas debes mandarselo a otros tres blogeros.

Cinéfilo7 dijo...

ya lo he publicado, pasate a verlo y ya lo puedes hacer.
PD: te he agregado a mis blogs favourites.

john mcclane dijo...

Tremendo clásico del cine de terror que has comentado!!

Felicitaciones por tu completísima reseña (razón principal por la que eres justo merecedor del premio que se te ha otorgado).

Saludos!

Rey Nova dijo...

Felicitaciones por el premio, lo merece mucho. Saludos¡¡¡