Seguimos alejándonos de la Universal y su terror de monstruos, para adentrarnos en los años 40 con la aparición de horrores más psicológicos y de raíces aun más literarias. La RKO fichó en 1942 al productor Val Lewton para desarrollar una serie de aproximaciones al suspense y al terror como respuesta al ciclo de la Universal, que en esta época no hacía más que repetirse en encantadoras, pero reiterativas, secuelas de sus mayores éxitos. Lewton, con gran ojo, fichó al realizador francés Jacques Tourneaur, que comenzó una carrera con “La Mujer Pantera”, de la que hablaremos mañana, la cual le convirtió en uno de los maestros indiscutibles del género fantástico.
Su terror es atmosférico y de sombras. En él, las obsesiones del hombre corriente son más importantes que los eventos sobrenaturales y su empleo del claroscuro es ejemplar: tinieblas, delgadas líneas de luz que tiñen un escenario oscuro… Así como también es fundamental la banda sonora y el ambiente creado con los efectos de sonido.
La película que nos ocupa bebe de diversas fuentes literarias (“Jane Eyre” y “Cumbres Borrascosas” de las hermanas Brontë, por ejemplo), pero parece que la base fundamental fue un artículo de la revista “American Weekly Magazine” sobre Vudú y santería. El misterioso y embriagador ambiente de las Antillas es el escenario al que una enfermera se dirige para trabajar en una oscura casa cercana a una plantación. La mitología local sobre brujos, hechiceros y portales entre mundos comienzan poco a poco a afectarla. Especialmente cuando se dice que la mujer a la que tiene que cuidar, la esposa del dueño de la plantación, no sufre de parálisis mental sino que en realidad es una zombie, o sea, un cadáver sin alma ni espíritu, pero que al ser reanimado puede caminar.
La primera aparición de la mujer cuando llega la enfermera y persigue a esta por el jardín y por unas escaleras, es terrorífica, haciendo aparecer a la infortunada enferma casi como un fantasma. También sobrecogen las apariciones del inquietante guardián del lugar donde los trabajadores realizan sus ritos paganos. Su mirada fija, su parsimonia y sus lentos andares, parecen ya un antecedente de los zombies tal y como los veremos en el futuro cuando George A. Romero realice “La Noche de los Muertos Vivientes” y los ponga en el altar de los monstruos clásicos del cine. La escena en la que la enfermera y su “zombificada” paciente siguen al siniestro portero a través de las plantaciones es genial en su planificación y atmósfera.
Pero la poesía de este film se encuentra en su mayor parte en la relación de amor más allá de la muerte entre la catatónica dueña de la plantación y el amante de esta. El plano final, que no desvelaré aquí, en el que ambos parecen al fin unirse en ese otro mundo del que se nos ha enseñado destellos durante el film, es de una gran belleza lírica. Este y otros grandes momentos de un film poderoso y evocador, confirman la maestría de Tourneaur para emocionar, a la vez que asustar, al público.
jueves, 24 de abril de 2008
YO ANDUVE CON UN ZOMBIE (1943) De Jacques Tourneaur
Publicado por Igor Von Slaughterstein en 15:09
Etiquetas: Reseñas Fantasmagóricas
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3 “Gooble gobble, one of us!”:
Loable labor la tuya la de recordarnos de nuevo estos grandes clásicos del terror.
De las pelícuas hasta ahora reseñadas me quedo sin duda con "Frankenstein" "La Momia" y "La parada de los monstruos"
Reconozco que aún tengo pendiente acercarme a la obra de Torneur en su vertiene más terrorífica.
Gracias por dejar tu opinión en mi blog y por agragarme a tus enlaces.
Te correspondo de igual modo y te hago saber que aquí tienes un lector más ;)
Saludos :)
Que interesante sitio tienes aquí. Me has hecho volver muy lejos en la memoria con todos estos entrañables filmes que comentas.
Que maravilla.
Gracias y saludos,
es la primera vez que te visito, y lo mismo digo, tienes aquí un espacio fílmico interesantísimo. Freaks, Frankenstein, Nosferatu... y en cuanto a Tourneaur, me parece un realizador muy destacado. Es muy interesante dentro de la historia del cine su trabajo de junto con Val Lewton y ese pequeño equipo en el siempre trabajaba el mismo montador, dir. de foto, etc, en la RKO. Consiguieron una renovación del género e incluso iniciaron de alguna manera la serie B. Son sus películas más bien de bajo presupuesto, que se reproducían como las primeras películas de los programas dobles, es decir en segundo plano. Y esto justamente las hace más atractivas, y les da un mérito mayor. La escena que comentas de la plantación en "yo anduve con un zombie" es espectacular, y qué decir de la "La mujer pantera"!
felicidades por el blog y un saludo!
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