Vamos a hablar de otro de esos clásicos casi olvidados que han sido justamente reivindicados con el paso del tiempo. “Mad Love” fue otra de esas respuestas de la Metro Goldwyn Meyer al boom del terror que había comenzado cinco años antes gracias a la Universal. De hecho los productores buscaron el concurso de algunos de los profesionales técnicos de esa mítica productora, empezando por Karl Freund, excelente director de fotografía importado desde Alemania (donde había trabajado con Murnau, y con Fritz Lang en “Metrópolis”). Su habilidad para mover la cámara y crear geniales atmósferas (imprescindible su aportación en el “Drácula” de Tod Browning) pronto le dieron la oportunidad de dirigir sus propios films, como el clásico “La Momia” o la joya que nos ocupa, que al final resultó ser la última película de su filmografía. El legendario Peter Lorre se encargó de protagonizarla en uno de sus mejores papeles y el primero en tierras americanas.
Segunda versión de la película muda alemana “Orlacs Hände”(1924), protagonizada por el gran Conrad Veidt y dirigida por Robert Wiene ( “El Gabinete del Dr. Caligari"), la historia adapta el libro homónimo y cuenta la mórbida obsesión del Dr.Gogol (Lorre), por la actriz Ivonne Orlac (Francis Drake), esposa del famoso pianista Stephen Orlac (intepretado por Colin Clive, el doctor Frankenstein original). Su obsesión será primero inofensiva y le llevará a robar su efigie en cera para contemplarla en su estudio, pero posteriormente aprovechará un desgraciado accidente para intentar conseguir su amor. Orlac pierde las manos en un choque de tren y su mujer, que conocía a Gogol de verle asistir a sus representaciones teatrales, acude al inestable doctor para que se las vuelva a injertar y salvar así su carrera como pianista de prestigio. Lo que nadie puede sospechar es que Gogol le injertará las extremidades de un asesino lanzador de cuchillos circense que acaba de ser ejecutado. Y aun menos podrían creer que esas manos pronto parecerán tener vida propia, e incluso mostrar una macabra tendencia a lanzar cuchillos con mucha precisión. Pronto un asesinato incriminará a Orlac, pero ¿han sido realmente sus manos incontroladas o todo forma parte de un plan?
En contra de lo que ocurría en la primera versión, aquí todo el peso recae en la personalidad del siniestro Dr. Gogol en vez de en la tópica trama de manos de asesino que cobran vida. La personalidad que Peter Lorre imprimió al personaje, que pasa de la ternura a la locura y de ahí al horror, marcó a fuego el carisma de la película. La intensa actuación del grandísimo intérprete húngaro tiñe el film de ese lado enfermo y de sexualidad reprimida que tanto juego da a la trama, genialmente ilustrada por un Freund pletórico. Pocos personajes como el del siniestro doctor pueden presumir de ser iconos del suspense casi inmediatos: Su forma de mirar la efigie de su amada, como la acaricia, esas referencias a que no se pierde ni una sola ejecución de la guillotina... Y que decir de sus visitas al espectáculo en el que actua su querida actriz. Un oscuro lugar llamado "Theatre des Horreurs" , que consiste en representaciones llenas de referencias sádicas y de tortura, que nuestro buen doctor disfruta con deleite.
Como en todos los films de Freund la luz es importantísima y la atmósfera de cuento de hadas siniestro esta muy lograda. La contemplación de la muñeca de cera por parte del personaje de Lorre y, como consecuencia, las referencias a Pygmalion y Galatea no hacen sino añadir riqueza a un argumento con algunos tópicos, pero todos ellos presentados de forma apasionante. Incluso los toques cómicos (como siempre a través de secundarios como el habitual periodista metomentodo) están mucho menos pasados de moda de lo habitual en producciones de este periodo. Lo que contemplamos en este film es una soberbia narrativa que no da tregua al espectador, y durante la cual asistumos a memorables "set pieces" a cada cual más interesante e imaginativa. El rechazo de Yvonne a un Gogol que la mira como un animal abatido, el propio monólogo del doctor frente a un espejo ante el que desnuda su mezquindad, y ese inolvidable momento en el que Orlac se cita con un misterioso personaje de gafas oscuras y manos mecánicas que afirma ser el asesino ajusticiado del que recibió sus manos. Ahora resucitado y confirmándole que sus manos son las culpables del crimen. En definitiva, una escalada imparable de horror trazada de forma impecable (e implacable).
A pesar de sus muchas virtudes la película sufrió censura, ya fuera reducción de metraje o directamente la prohibición, y la recaudación en taquilla no fue todo lo satisfactoria que se esperaba. Aun así, el film supuso la consagración de Lorre como estrella absoluta del genero negro y de horror, siendo el pistoletazo de salida para una carrera apasionante llena de joyas cinematográficas.
Podríamos hablar horas y horas sobre las virtudes de este clásico, pero lo dejaremos aqui por ahora.
miércoles, 10 de septiembre de 2008
LAS MANOS DE ORLAC (“Mad Love”) De Karl Freund (1935)
Publicado por Igor Von Slaughterstein en 1:23
Etiquetas: Reseñas Fantasmagóricas
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15 “Gooble gobble, one of us!”:
Que grande Peter Lorre, no suficientemente reconocido por el gran publico. Esta pelicula aun no la he visto, es de las muchas que tengo pendientes, pero creo que eso lo voy solucionar pronto. El tipo ese de gafas oscuras y manos mecanicas me inquieta sobremanera.
Gracias por recordar esta peli.
Un saludo.
Excelente reseña de una gran película. He adelantado una ficha que tenía preparada para las Manos de Orlac, versión 1960, (floja versión de la novela) y así remito a tu entrada.
¡¡Saludos!!
Un grande Peter Lorre, al igual que Colin Clive. No recuerdo haber visto esta en particular... para tener en cuenta. Muy buena reseña.
Saludos!
Excelente reseña para una película que lo merece. Mucho más floja la que interpretó Cristopher Lee en 1960, como bien apunta el Dr. Eric Vornoff.
Hablando de manos asesinas: ¿Recordais, "La mano", de Oliver Stone?, la recuerdo muy irregular pero con una estupenda atmósfera enfermiza.
Ya tengo enlazada esta butaca imprescindible!
Saludos!!
Grande Peter Lorre! Estaba más familiarizado con la versión de Robert Wiene, pero esta sin duda la trataré de conseguir.
Impecable reseña como siempre.
Muchos saludos!!
me dieron muchas muchas ganas de verla!
la buscare por cielo y tierra!
salutes desde SCI TERROR
H
Pues como no la he visot, apuntada queda par aun futuro visionado.
Una buena reseña que siempre abre el apetito cinéfilo ;)
Saludos :)
no conozco la peli, pero es bastante interesant.
chaoooooooo.
¿Y qué me dice usted de la maravillosa ama de llaves de Gogol, borracha y siempre con un loro al hombro? ¿Y de los créditos iniciales, con u puño rompiendo el cristal sobre el que está escrito el nombre de la película? ¿Y de ese travelling inicial que recorre el Teatro d elos Horrores desde un primer plano de la cabeza de un demonio? Magia, magia fílmica de la más grande... Como el papel hipersexuado de Lorre el Magno...
Estimado Igor, muy buena su reseña; para mi Peter Lorre fue y seguira siendo uno de los grandes junto a otros muchos actores, un saludo.
No la he visto, pero Peter Lorre es un gran actor y con un rostro bastante perverso. Creo eso ya me dice mucho. Espero encontrarla. Un abrazo.
Ariel.
el libro del més, Vampiro Reflejado, lo he visto en una tienda y le he echado un vistazo: está muy chulo, muy interesante.
saludos!!!!!
Genial comentario sobre este clasico...la verdad es que me han dado muchas ganas de verlo. Esa imagen de Peter Lorre rapado al cero se ha grabado a fuego en mis retinas!
CREEPY!!!
Saludos!
Esta es una película de esas que uno sabe que tiene que ver en cuanto pueda. Karl Freund me parece verdaderamente uno de los más grandes directores de fotografía de la historia. Su trabajo al lado de Murnau o Lang es impagable. Y bueno, le demostró a hollywood que también podía ser un gran director.
un abrazo
Que gran pelicula descubro gracias a tu articulo, apenas pueda la veo, sin falta. Saludos¡¡.
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