“Ustedes no tendrán miedo a los espíritus, ¿Verdad, caballeros? Entonces me gustaría contarles una historia, mientras esperamos a la medianoche”
De nuevo nos situamos casi en los albores del cine para hablar de la que muchos consideran “la primera película de horror de la historia”. Una afirmación quizás algo precipitada si escarbamos un poco en la arqueología del género, pero sin duda es una de las primeras muestras de un film de larga duración enteramente dedicado al fantástico macabro y lleno de algunos “clichés” fantasmagóricos del estilo que ayudarían a crear los expresionistas alemanes. “Körkarlen” (que significa “El Conductor”) es un muy estimable y atmosférico film rodado en Suecia, por el director y actor Victor Sjöström, uno de los grandes pioneros del cine sueco, que posteriormente trabajaría también en America, dirigiendo films tan míticos como “El Viento” (1928) con Lillian Gish. Sjöström también protagoniza el film que nos ocupa y desarrolla una trama casi propia de un desvarío onírico basada en la leyenda del carro fantasma que se lleva las almas de los recién fallecidos. Tan sugerente punto de partida se incrusta sin problemas en un entorno realista: la dura vida de los campesinos suecos a primeros de siglo, resultando por tanto más aterradora la inclusión de ese fantasmal carruaje del que ningún difunto puede escapar. Dicha metáfora le sirve a Sjöström para reflexionar sobre las oportunidades perdidas de la vida. Pero no adelantemos acontecimientos.
La historia se basa en una novela de la escritora Selma Langerlöf, la primera mujer que ganó el premio Nobel de literatura y que dentro de su variada obra incluyó muchos cuentos fantásticos evocadores de la “ghost story” anglosajona, pero con el toque realista de su perspectiva localista. Como adelantábamos “La Carreta Fantasma” usa una leyenda sueca referida a ese carro fantasma del título en ingles. Si alguien muere en la víspera de año nuevo, será condenado a convertirse en el nuevo conductor del carro. Ese parece ser el destino de uno de los borrachos que espera la noche de año nuevo en un siniestro cementerio, el cual comenzará un viaje de pesadilla a bordo del carruaje y se dará cuenta de su mezquindad. Esta trama recuerda mucho al famoso “Cuento de Navidad” de Dickens, pues el personaje de Sjöström también es un ser despreciable que no deja de hacer daño a los suyos, incluyendo a su maltratada esposa y a un amigo que durante el film descubrimos que es el actual conductor del carro maldito. Si unimos esto a la subtrama de su amiga del ejercito de salvación que agoniza en una cama mientras no cesa de decirle a Holm (nombre del protagonista) que vuelva “al buen camino”, no hay duda de que estamos ante un típico cuento moralista de los que han envejecido tan mal hoy en día. Pero a la vez, las increíbles dotes narrativas de Sjöström, casi inauditas para la época en la que se realizó el film, y esas transparencias fantasmales en las apariciones del siniestro cochero, anticipan muchas de las soluciones visuales que embellecerían el cine de terror, aun por nacer. Los recovecos del argumento, como decimos no se caracterizan por su originalidad, pero hay momentos especialmente emocionantes: las escenas de acoso por parte del borracho a su esposa, llenas de violencia irracional (ver el genial momento en que rompe a hachazos una puerta intentando alcanzarla, que inevitablemente recuerda a “El Resplandor” de Kubrick) o la conmovedora relación con la postrada monja, que descubrimos que siente por su “oveja descarriada” algo más que piedad. Todo ello, como decíamos, inserto en un tono lóbrego en el que el horror se deja sentir más en las miserias de una época condenada a crear pobreza y desasosiego en un pueblo azotado por la enfermedad, antes que en las apariciones del fantasma del carruaje.
Pero esas apariciones son, en efecto, memorables. Los tintados azulados entremezclados con el sepia ayudan a dar la impresión de estar ante una pesadilla que bien pudiera haber sido provocada por el delirio de un alcohólico. Las transparencias con las que siempre se nos muestra al siniestro cochero evocan, como decíamos, a los posteriores fantasmas cinematográficos, y en su siniestro viaje a través de la noche veremos episodios llenos de inquietud como esa maravillosa escena del suicida a punto de quitarse la vida en su gabinete. Extrayendo la pistola de un cajón y jugueteando con ella sobre la mesa. Todo ello envuelto en una macabra fotografía que juega a intercalar horror y tranquilidad, sueño y pesadilla. Realidad y fantasía, cuya lucha es, al fin y al cabo, el gran núcleo de lo que se nos cuenta. ¿Será posible la redención para el protagonista?
Como curiosidad, hay que mencionar la admiración que sentía Ingmar Bergman por Sjöström y por este film en concreto, que el laureado director confesó haber visto a la temprana edad de 15 y que seguía revisando todos los años al menos una vez. Esa pasión tuvo un perfecto ejemplo en el año 2000 cuando Bergman estrenó su film “Creadores de Imágenes”, que cuenta la historia del rodaje de “La Carreta Fantasma” a través de la relación entre el director y la escritora del relato original.
domingo, 22 de febrero de 2009
KÖRKARLEN [The Phantom Carriage] (1921) De Victor Sjöström
Publicado por Igor Von Slaughterstein en 10:42
Etiquetas: Reseñas Fantasmagóricas
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13 “Gooble gobble, one of us!”:
Otra ilustre desconocida. Fotos impresonantes. Por lo que comentas es una especie de "Santa Compaña" a la sueca.
Eres un descubridor de rarezas.
Una película interesante, sobre todo plásticamente, a pesar del fuerte tufillo a moralina que emana. Hay que culpar de ello a la novela de Selma L., que leí hace tiempo, y que carga en este sentido aún más las tintas.
Como hace tambnién la versión francesa de los años treinta, sonora, esteticista y de empalagosa moral cristiana.
Interesante recomendación, que espero poder disfrutar en breves.
Un saludo.
Personalmente la considero una obra maestra, no tanto por sus dotes narrativas, que también las tiene, como por su aterradora fuerza visual.
pero que grandiosa la primerda imagen es muy bueno
Salutes desde SCI TERROR
H
Estimado caballero, como siempre un ¡ 10 !, otra pelicula que no vi y que ya me entraron ganas de ver, un saludo.
Sin duda una obra maestra...Yo la vi hace mas de 15 años y me encanto, me gustaria volver a verla pero a saber donde la tengo...bufff..
saludotes
Joder que pinta mas bizarra tiene que ser buenisima, estas pelis dan mas jiñes que las nuevas con ese toque retro los años 20 amigo!!!!sq no veas hace ya años eh!!!jajajaj
un saludo
que miedo da el espectro del carruaje.
que buena recomendacion, esta aún no la tengo pero indudablemente merece su visionado..
saludos
El carromato de esta peli es LA HOSTIA (y primera inspiración para una miniatura de WARHAMMER que poseo con orgullo).
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