miércoles, 16 de julio de 2008

REPORTAJE Y GALERÍA: "EL CUERVO" De Roger Corman (2)


Para aligerar el contenido de las entradas, el especial de "El Cuervo" va a constar de tres entregas. Así que, sin más dilación, vamos con la segunda.

Comenzamos con el temible Scarabus, nada menos que el grandísimo Boris Karloff, líder de la orden de magos. Sus insidiosas maquinaciones dieron al traste con el derecho del padre de Erasmus (Price) a recibir el cargo de líder, haciéndose cargo él de tan honrosa tarea para un hechicero. Erasmus, tan vago él, no desea recuperar el trono de jefe de magos que le corresponde a su familia porque prefiere practicar su hechicería en casa, lejos del mundanal ruido. No obstante, la sospecha de que Scarabus pueda mantener prisionera el alma de su esposa en su castillo le hace unirse a Adolphus en la persecución del siniestro mago en su propia guarida.

Karloff le otorga a su personaje esa aura de lobo con piel de cordero que tan genialmente trabajó en sus escasos trabajos para Corman. Su recibimiento al grupo de antihéroes que vienen a combatirlo es contradictorio, resultando muy cordial e intentando convencerles de que se han equivocado con él y que solo les desea lo mejor. A destacar también su divertida relación con Lenora, la esposa de Erasmus que… ¡sorpresa! No estaba muerta.

Parece ser que durante el rodaje, el clasicismo interpretativo de Karloff -actor respetuoso con el guión- chocó con el torrente de improvisación que era Peter Lorre, quedándose Vincent justo en el medio de ambos contendientes. No faltaron los conflictos.

Sería absurdo pretender condensar en estas pocas líneas la grandeza de la primera e indiscutible estrella del terror fílmico sonoro. Su papel de la criatura de Frankenstein le otorgó gloria y reconocimiento a este magnífico actor que había moldeado sus aptitudes en el teatro y en cientos de papeles muy secundarios en el cine mudo (a veces no acreditados). De nombre real William Henry Pratt y nacido en Londres, Boris Karloff (1887-1969) eligió ese extraño nombre artístico en homenaje a uno de los vientos que soplan en Canadá, a donde se trasladó con su familia en 1909. Llegado a Hollywood en 1915, interpretó a una enorme cantidad de indios y árabes en su etapa menos conocida (debido a su particular físico) hasta que su amigo James Whale le ofreció el papel del inolvidable monstruo del Dr. Frankenstein, para cuya preparación requería una sesión de maquillaje de seis horas.

El estrellato fue instantáneo, robándole a Lugosi el cetro de rey del miedo (culpa del gran Bela, que rechazó el papel del monstruo) y apareciendo como protagonista en numerosas producciones siniestras de la Universal (“Satanas”,“El Cuervo”,“La casa de las Sombras”) y de otras productoras (“El Ladrón de Cadáveres”, “Los Muertos Andan”, “Las Tres Caras del Miedo” . Trabajó con Corman también en “El Terror”. Sus papeles como perverso mafioso fueron también numerosos, destacando en producciones de Howard Hawks como “El Código Penal” o la magnífica “Scarface”.

Nuestros protagonistas al completo (solo falta Nicholson).

Según sus amigos era un hombre ordenado, cariñoso y afable, en todo lo cual coincidía con Vincent Price. Su legado esta hoy en día tan vivo como entonces.

Seguimos con una indiscutible estrella femenina del cine clásico de terror, Hazel Court en el papel de la bella y peligrosa Lenora. Nada menos que la esposa “muerta” cuyo triste recuerdo llena de congoja el alma del despistado Erasmus. Cuando se entera de que su alma puede estar vagando por el siniestro castillo del malvado Scarabus, no dudará en acompañar a Adolphus alli y buscarla.

Pero en fin… resulta que no estaba muerta, sino simplemente harta de las chorradas mágicas del indolente Erasmus y su falta de ambición, lo cual hizo que lo dejara plantado para casarse con Scarabus. El malvado mago se acerca mucho más a su ideal de hombre, siendo como es, al igual que ella, manipulador y traicionero a más no poder. Divertidísimas las escenas de vida “conyugal” de la perversa pareja y como Lenora, viéndolo todo perdido al final, demuestra ser aun más chaquetera que el bribón de Adolphus.

Hazel nos dejó el pasado abril y en este blog le dedicamos un homenaje, con una breve semblanza biográfica, al que os remitimos aqui. Tan solo comentar que la autobiografía de Hazel tiene una portada estupenda en la que vemos a la actriz en una imagen promocional de "El Cuervo", imagen que podeis disfrutar en grande y en glorioso blanco y negro pinchando en el artículo del blog que os enlazo unas líneas más arriba.

En un papel de menos lucimiento tenemos a la otra estrella femenina del film: la bella Olive Sturgess en su única aparición digna de recuerdo en su filmografía (tras "El Cuervo" se dedicó más bien a la televisión y su carrera no llegó mucho más alla de los 70). La relación entre su personaje Estelle y su padre es de mucho cariño y admiración, además de sosegada, porque ya sabemos lo que le gusta a Erasmus permanecer alejado del mundanal ruido. Eso siempre que no confunda de noche a su hija con su mujer fallecida y le pegue un susto de muerte, claro.


En la siguiente, y última, entrada dedicada a "El Cuervo" unas notas sobre Roger Corman y Jack Nicholson.

2 “Gooble gobble, one of us!”:

john mcclane dijo...

Gran recuerdo de dos actores tan presentes en la memoria de todos aquellos que disfrutamos el terror clásico.

Estupenda reseña.
Saludos.

Sam_Loomis dijo...

Gran icono que es Karloff en el cine de horror clásico, toda una piedra angular en su historia. Otra cosa hubiera sido si Bela Lugosi hubiera aceptado el papel del monstruo de Frankstein... imaginemos, jeje.

Saludos