jueves, 4 de diciembre de 2008

EL DESEO Y LA BESTIA (1967) De Vernon Sewell


¿Entomología y asesinatos victorianos? Este es el curioso menú que nos propone “The Blood Beast Terror”, una nueva incursión de este, vuestro polvoriento blog, en el cine de terror ingles años sesenta. De nuevo con Peter Cushing de protagonista, pero esta vez no al amparo ni de la Hammer ni de la Amicus, sino de la tercera competidora de estos dos estudios por llevarse su pedazo del pastel macabro proveniente de las islas. Estamos hablando de la Tigon, productora en la que Cushing debutaba con esta rocambolesca, entretenida pero fallida “El Deseo y la Bestia”, tal y como la conocimos por tierras españolas. El genial actor solía hablar con poco respeto de este anticuado film, pero lo cierto es que observando su actuación, no podemos dejar de pensar que se lo pasó bomba interpretando al inspector Quennell, un remedo bonachón de su Sherlock Holmes. Precisamente el guionista Peter Bryan también escribió el libreto del “Perro de los Baskerville” hammeriano, aunque aquí se mostró bastante menos inspirado, ofreciendo una trama llena de tal cantidad de absurdos que no puede menos que provocar hilaridad una vez que los créditos aparecen y reflexionamos sobre lo que nos han presentado.

Y es que en ningún momento se nos deja demasiado claro de donde ha salido la gigantesca Polilla-Vampiro que atormenta a una tranquila población rural, a pesar de un prologo en África –en realidad un recoveco del Tamesis modificado para asemejarse al paisaje africano- totalmente fuera de lugar y que no aclara demasiado. Porque mas tarde descubrimos que la polilla monstruosa esta bajo el cuidado de un entomólogo que ejerce de “mad doctor” en sus ratos libres y, rizando el rizo, la bestia puede transformarse en una bella señorita que pasa por la hija del misterioso profesor, el cual se refiere a ella como “su creación”. No nos enteramos del todo si el científico transformó a su hija en insecto gigante o es que simplemente le dio apariencia humana al monstruo, pero el caso es que la polilla no deja de atraer especímenes –machos-, para saciar su sed de lujuria y después su hambre. El profesor Mallinger esta interpretado por Robert Flemyng que sustituyó al inicialmente previsto Basil Rathbone (fallecido poco después del inicio del rodaje) y Wanda Ventham a su misteriosa hija Clare. Es una pena que al follón mencionado haya que añadir unos tremebundos fallos de racord y unas sub- tramas (como la aparición del entomólogo joven invitado a la casa) que no aportan absolutamente nada aparte de relleno; porque aislando estos momentos y algunos otros –la pobrísima apariencia del bicho protagonista- lo cierto es que algunos puntos de interés consiguen que no nos durmamos durante el metraje.

De hecho el comienzo, tras el prólogo africano, es muy sugerente además de estar muy bien rodado, con ese cochero que atraviesa un bosque por la noche alumbrado tan solo por una fantasmagórica luz de gas que cuelga del carruaje que conduce, y que sufrirá el ataque de un misterioso monstruo volador del que se nos escamotea la apariencia para salvaguardar el misterio. Y para que no descubramos tan pronto lo barato de los efectos de maquillaje, podríamos añadir. Luego tenemos una curiosísima escena de una representación teatral amateur en la casa del siniestro entomólogo. En esta secuencia se interpreta una especie de versión bufa de “Frankenstein”, con otro científico loco resucitando a una criatura en este caso femenina y que, burla burlando, es interpretada por la hija-polilla del profesor.

Es evidente la intención irónica de este fragmento, ya que al final de la historia el profesor estará trabajando en un compañero polilla-masculino para su “hija”, el cual le ha sido solicitado por ella misma para aliviar su soledad. Todo ello es un reflejo de la misma sub-trama en la obra de Mary Shelley, a la que parecía parodiar la representación teatral. Pero el entomólogo, igual que el doctor Frankenstein, preferirá destruir su nueva creación antes que darle otro monstruo al mundo, lo que encolerizará a la polilla-vampira. Como vemos, un plagio-homenaje clarísimo, pero que gracias a la secuencia de la obra amateur logra ganar en ironía y justificación. Y, cambiando de tema, tenemos secuencias a las que se podría haber sacado más partido pero que no dejan de tener su encanto, como la larga –pero no aburrida- secuencia, en la que Peter Cushing explora el lóbrego sótano de la casa para descubrir primero un inquietante osario con los restos de las víctimas del monstruo, y poco después el cadáver del criado de la casa, reposando en un armario. Cushing, como adelantábamos, esta soberbio en su papel de policía simpático y decidido a acabar con la amenaza. Ya sea explorando cementerios en busca de pistas o haciéndose el tonto mientras visita un hotel de incógnito, el astro del horror inglés consigue una vez más –y van…- dignificar una película que tira a mediocre.

Aunque el film se acerque más a la Amicus en sus resultados artísticos –aunque también es de ley reconocer que hay películas de la Amicus muy inferiores a esta-, lo cierto es que el tono y el argumento del film nos retrotraen más bien al estilo “hammeriano” de contar historias. Ese ambiente victoriano, ese toque de humor soterrado, esa amenaza basada en un monstruo alejado de los cánones… nos resultan muy ligados a los films que John Gilling realizó para la mítica “casa del martillo”, especialmente “El Reptil” y “La Gorgona” (que no dirigió Gilling, pero en la que metió baza como guionista) y en las que los monstruos a batir era, al igual que aquí, una belleza misteriosa que se convertía en una bestia extrañísima de ver por las latitudes victorianas de dichos relatos. Cierto es que no podemos comparar la medusa de “La Gorgona” con la cutrísima polilla que vemos en “El Deseo y la Bestia”, pero eso ya es otra cuestión.

A pesar de las estupendas referencias y el encomiable equipo técnico –no olvidemos esa preciosa fotografía con tintes sepia y la inquietante música-, el resultado es el que hay. Casi insalvable. Y aun a pesar de las risas involuntarias y algún momento bochornoso, el film no deja mal sabor de boca en mi opinión.

11 “Gooble gobble, one of us!”:

Anónimo dijo...

Peter Crushing un incombustible un genio como lo adoro!!!ya te digo aunque sean pelis flojas siempre entretienen que es lo importante

un abrazo mi licantropo amigo jejejej

Ariel Luque dijo...

Peter Crushing es una de los genios de terror, junto con Chritopher Lee, son los cabecillas. Igor, has rescatado una gran pieza!!! Un abrazo grande!

Ariel.

Ordel dijo...

Pese atodo los defectillos que comentas has logrado que despierte mi interes por esta peli.
Excelente la critica.

Saludos.

DanielB dijo...

Yo creo que este filme lo he visto de imberbe, esa imagen de la polilla vampira es de esas que se te quedan grabadas en el cortex cerebral cuando uno es preadolescente y me suena mucho la misma, gracis por el recordatorio, a ver si me hago con ella.

El Abuelito dijo...

La película resulta decepcionante, pero se deja ver por contar con un montón de elelementos que nos son tan familiares como amados, de don Pedro Cushing al ambiente victoriano tan evocador de otros horrores. Por cierto, en video se estrenó en España como "La bestia vestida de sangre".

Belknap dijo...

Buenas, buenas, estimado Don Igor, estando Peter Cushing los buenos momentos estan asegurados, un saludo.

john mcclane dijo...

Es sabido que tanto Peter Cushing como Christopher Lee aceptaron papeles en películas cuyo único aspecto rescatable es la participación de estos monstruos del cine de terror. Esta cinta es un perfecto ejemplo de aquello.

Buena reseña,
Saludos.

Jorge - cinenovedades dijo...

La verdad que has despertado mi interés en la cinta. Lástima lo que comentas sobre el resultado final como producto cinematográfico. Al menos entretiene, lo cual ya es algo.
Completísima y excelente reseña, Saludos!

cerebrin dijo...

Pues si, bastante flojita, pero solo por el buen hacer de Cushing y de Robert Flemyng merece una oportunidad.

Por cierto, por lo que dices, ¿Rathbone llegó a comenzar el rodaje?

Igor Von Slaughterstein dijo...

Según mis datos (rápida consulta a la biografía de Peter Cushing de David Miller), Rathbone murió al poco de comenzar el rodaje y no consta que llegara a rodar nada de metraje.

Lo extraño es que el rodaje comenzó el 7 de agosto (del 67) y el gran Basil llevaba muerto desde el 21 de julio. Supongo que es posible que al fallecer durante la pre-producción, eso se considere el comienzo del rodaje. Pero lo que es la filmación oficial en si misma no empezó hasta unas semanas después de que nos dejara Rathbone.

Saludos!!

cerebrin dijo...

Gracias por la info. ;)